El Don Robado Volvería
me llevaron a casa. Mateo y Camila insistieron en acompañarnos, su acto de devoción era
or mantener el flujo de talento, pensaba Mateo, mientras le dec
mpiece a practicar en secreto o algo así, maquinaba Camila, mie
uno robando una faceta de mi don. Mateo se había apropiado de mi técnica y mi precisión, mientras que Camila había absorbido mi pasión y mi expresió
to dependía de mi talento, en
hiciera mis ejercicios de rehabilitación. Renzo, mi verdadero amigo y compañero de baile, vino a visitarm
é que mis rodillas temblaran y mis tobillos se doblara
cho esto en tu vida," dijo Renzo, su rostro
po extraño, pesado. No me respond
presentes "para darme apoyo moral", observab
a Nacional, sentí como si mis pies se hubieran vuelto de piedra a m
ue mi interpretación carecía de alma, que parecía una muñeca mecánica. ¡Es
aba notando el fraude. La noticia me llenó de una satisfacción
para ayudarme. Mateo y Camila se acercaron a mí, sus rostr
ijo Mateo, su voz tensa. ¡Muévete, basura! ¡Ti
no pierdas todo lo que has logrado," añadió Camila, con una dulzura venenosa. ¡Si no recuperas
ndo estar herida
Lloré, dejando que las lágrimas falsas corrieran por mis mejillas. "Ustedes son tan tal
ché la desesperación real en sus mentes.
rauma psicológico severo en el objetivo. Acción recomendada: Aumentar el
con los ojos llorosos, la v
a hacer cualquier cosa. Necesito ayuda... con todo. La comida, la
sus cabezas. Odiaban la idea, les daba asco servirme, p
ó, forzando
o me encargaré de tus comidas y de llevarte a tus ci
s puños, pero su
iga. Seremos tus manos y tus pies." Te odio, te odio, te odio. Pero si
convertirían en mis esclavos. Los haría cocinar para mí, limpiar para mí, vivir para mí.
ientras sonreían y pretendían que lo hacían por amor. El telón de mi teatro personal se h