No Tengo Más Para Perder
el suelo frío del cuarto de servicio, escuchando las risas
rdatorio de mi humill
ofía apareció en el umbral, vestid
impatía, "pobrecita, debe ser horrible estar sola en
ume caro llenando
, su voz un susurro venenoso, "me cuenta que conti
su cara, pero me contuve, sabiendo que
a", le dije con una
comienza", respondió, y sal
mí, la encontré en el balcón del segundo pis
te cerca del borde,
a veces pienso que sería mejor acabar
sus ojos brillaban c
dió, "alguien po
aleó hacia atrás,
me,
apareció en el balcón, su ro
nto de caer, y me vio a mí, de
ó con todas sus fuerzas, el
de furia y odio, "¿quieres mata
o, me agarró del pelo
da", siseó, "te advertí
corrían por mis mejillas, "ella lo planeó t
dió, su voz fría como el acero, "veo la maldad e
e ahora sollozaba en sus brazo
n una ternura que nunca me había mostrad
en el suelo del balcón, ro
eía? ¿Por qué su
odiaba tanto, o si había alg
en silencio, me ayudó a leva
el señor no es tan ciego como parece, su odio es una
rprendieron, ¿amor
impo
eo", le respondí con amarg
istió el mayordomo, "la ve
extrañas que parecieran,
a ren
or mi padre, por mi
el sótano y miré el men
cción y
ña
mi teléfono so
su voz autoritaria, "vas a pedirle disculpas públicas, y si no lo haces, t
cruel, pero ya no me
se había
espondí con una cal
mi mente trabajand
filmació
trampa,
n era una o
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