Metiste La Pata, Soy Millonaria
cina del Sr. Torres
ó la puerta
rriga prominente y una sonrisa que siempre le había pare
. Llevaba un vestido rosa chillón que parecía más apropiado para un club de playa
rres, recuperando la compostura. "Jus
pie, en medio de la oficina, si
voz sonaba más firme de lo que se
si Sofía le estuviera causan
", comenzó con un tono paternalista que le revolvió el estómago. "Lucian
ticar chicle y sonr
más glamour", dijo Luciana, examinándose las uñas per
la sangre le he
tamente al Sr. Torres. "Yo lideré el equipo que nos sacó de los números roj
l Sr. Torres
alma de la mano, un gol
cida, te estamos dando la oportunidad de guiar a Luciana, de ense
la niñera de su hija", respondió Sofía,
tomas el puesto o te vas, y créeme, con la recomendación que
o al padre. Vio la misma ar
o había nada que negociar. No había hon
de empleada que c
el Sr. Torres. El plástico chocó contra
édense con su empresa familiar, bu
vuelta par
rres a su espalda. "¡Esta industria es peque
y le mostró el dedo medio por encima d
abeza en alto, ignorando las mi
tacionamiento, y solo ent
o, necesitaba h
ega. El que siempre le decía que eran un equ
o: "Acabo de renunciar, fue
el m
pe
chat parpadeaba, pero no había respuesta. "En lín
aba ig
, su mensaje seg
ló con la ira. Al
ió ll
sonó una, do
llamada
a int
al buzón
ía blo
Era un mensaje de Mateo. Su corazón dio
el m
o cuatro
minamos. Bu
mático del sistema: "Ya no puede
bloqueado
antalla, sintiendo cómo el
erdido su trabajo, su carre