La Traición de Mis amados
razo, fui al departamento que había compartido con Ricardo. Necesitaba recoger mis cosas, mis diseños, lo poco que me
ó fue ver su bata de seda rosa colgada en el gancho del baño, en el lugar donde siempre
y salió Ricardo, en bóxers, despeinado. Detrás de él
-preguntó Ricardo, con un
su hombro, con una sonrisa triu
sa. Pensé que estarías
on la voz temblorosa de ira
mo si fuera su casa-. Ricardo me dijo que ya no los necesita
jugo de naranja, el q
mpre me quedaban mejor a mí -dijo, mirando a Ricardo con coquetería. Su comentario e
.. todo fue demasiado. Sentí una arcada y corrí hacia el baño. Vomité en el inodoro, con el
r, visible para cualquier
la imagen más cruda de su traición, justo ahí, en el
. Ricardo me miró, y por un segundo, v
en? Estás
rápidamente, tocándose
fiebre. Me siento un poco mareada
buscarle la medicina, la arropó en el sofá, le susurró palabras de consue
scena con una claridad aterrad
y caminé hacia mi
diseños, Rica
i camino, su rostro
versión que hice en ti. Considera que me los deb
n derecho! ¡Son m
culpa. Además, Valeria los va a usar.
bia m
ona! ¡Y tú er
Deberías estar agradecida. Y además, le debes una disculpa a Vale
ella? ¿A la mujer que me había robado a mi prometi
on toda la convicc