El Tango de la Humillación

n no terminó

línea de la universidad est

tuto de la

al mejor

dillarse ante e

crueles, las cal

los rumores, pero era inútil.

erré en mi habitación, espe

en París. Cada formulario que llenaba, cada docume

a entró en mi hab

en días. ¿Dónd

respondí, s

escritorio. Vio el nombre de

mpañera, Sofía, que me esta

se entr

n es e

ami

migas antes", dijo, s

encia llenando la

nadie. ¿Entendido? Tu tiemp

es me hacía sentir espe

es, León. Me

de gala, dejándome con sus pa

erten

o

n

de avión sobre

sería