El Tango de la Humillación
erimental de mi abuela, acept
cesitaba un acompañante y pareja de b
años, me pareció
mosas Bodegas Salazar, una mujer temida en el m
igo, era
colmaba de
mbiente de una vieja milonga en San
ara que bailáramo
gocios a sus viñedos en Mendoza solo para quedarse
os, me llevó al desiert
no de estrellas,
da año celebrare
í que había encontrado
ió el día que Máximo Tr
de Recoleta. Se presentó co
ogante, su sonr
ngo a recuperarla", dijo, miránd
ó un cheque s
dólares. Para qu
é fija
ado. Yo la amo y
ltó una c
co. Hagamos una a
una prue
a diciendo que su auto se había av
ndo que había sufrido una caída grave durante un
o, disfrutando de mi angustia. "Si gano yo, tomas el d
atía con fue
mensajes al
eron en minutos, y los m
permanecía
teléfono de
de Luciana, fría y dir
de es
irándome directa
ás importante que
orta, pero que pa
e la ubi
o se de
éfono, su rostro er
ta, apenas pu
ealmente
adelante, su voz e
milonga entera solo porque dije que me gustaba. Incluso adoptó un perro callejero
abra era
momento especial que yo a
de su am
ituto. Un cuerpo joven par
cha pedazos, t
eceré",
tormenta torrencial había e
. Aceleró deliberadamente al pasar sobre
, su risa mezclada con
pibe de la calle' mojad
frío y de dolor, mientras la
teléfono sonó. Era
s ceder tu beca para la academia e
ción, fría y amarga
o la cedo