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Atada al príncipe italiano

Capítulo 2 No es una cena, es una boda

Palabras:1211    |    Actualizado en: 30/06/2025

mio, Teo Vitale, tuvo lugar hace meses. Y

un cigarrillo entre los dedos. Me saluda con la cabe

e vivir bajo el

ido en un rincón de Brighton Beach. Está lo suficientemente lejos del

ue hay algo colgado de la puerta de

rpadeo otra vez. N

patos de tacón rojo a juego todavía existe en mi desordenado departamento, proyec

edios para haberlo entregado. Mis sospechas se confirman

19:30

en la parte de atrás, y no parece estar

rme a ir a algún restaurante e

oridad es dormir para olvidar este día tan horrible y rezar para que el karma qu

e saluda Leo Coppola en las e

acones como estos, por lo que me encuentro tamba

a en su cara. El viejo tiene más orgullo que una manada de leon

a y pedir comida para llevar?", me que

important

su tono, y finalmente percibo la mir

ero muc

ío recorre

prefieren enviarme un sobre con facturas sin marcar cuando tengo poco dine

l. Algo anda

mano. "Papá

la mano. "Ven. Te lo expli

os modos mientras nos lleva adentro. "¿C

o por completo el área de recepción principal para dirigirse d

pas demasi

por ti -le espeto antes de mirar por encima del

tinúa tirándome a

ngo. "Ni un paso más hasta que

litada en la parte de atr

algo h

más es

ren

trocediendo u

pue

tra de las malditas intervenciones de Teo pa

e los invitados nos miran-. Me tomarás de la mano y me seguirás a e

on eso. Ambos sabemos qu

como hielo que me corta la piel-. Sabes lo precaria que es l

n un susurro. "Porque si lo fuera

amos esta

tengo nada que

staría de acuerdo

del Cártel, el hombre responsable de tantas canas de

u familia corre peligro por asociación. Y, por lo que he deducido hasta ahora, una alianza

anhattan, llevan años enfrentándose a ellos. Así q

eo se casó con l

ue debería seguirte a esa habita

nuestros brillantes

si no lo

todo esto se vu

o deslizo mi mano nuevamente hacia la de mi padre y lo s

susurra antes

que favorece gracias a una pequeña lámpara de araña que cuelga del techo. Sillas flanquean la ha

vida. Hay otra persona a la que no conozco de nada, pero

stá la ot

mbién lo

tura cuidadosamente elaborada. Su cabello rubio oscuro está recogido hacia atrás, lo que acent

s marrones? Desde luego, esa vez no llevaba traje, no uno que se ajustara a cada curva de

ctué por instinto y lo derribé, igual q

frente a mí: mi destin

io del Príncipe

na. Ni siquiera e

na b

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