Renacido del Dolor: El Chamán Libre
o" , el ciclo ritual donde el pacto exigía mi ofrenda de energía vital. Se suponía que Scarlett debía estar aquí, s
no es
y silenciosa. Solo se escuchaba mi respiración agitada y el crujido de
gnos que me habrían despedazado. Yo, un joven chamán de Catemaco, vi en ella a una diosa, una salvad
, creyendo que su posesivi
desgarrarme, su ausencia era la respues
l ruido de un auto llegando a la hacienda me
Arrastraba a un hombre inconsciente, vestido con ropa cara y manchado de
, fría y distante, s
inclinada sobre el hombre, limpiando un
emblaba vio
a ofrenda..."
iquiera s
spe
cualquier dolor físico. Espera. Mientras
ficó, una ola de agonía que me nubló la v
en mi habitación. Mis manos temblorosas buscaron el cuchillo ceremonial de obsidiana. Era un
oscura y espesa, y con ella, una oleada de energía vital salió de mi cuer
ista borrosa. Mi sangr
edaba. Me concentré, enviando un mensaje psíquico a través de los cruces
sé, con desesper