El Despertar de la Esposa Ignorada
/0/17392/coverbig.jpg?v=c6383c15ab0f42ff850adbbbb64255a2&imageMogr2/format/webp)
empre de espaldas, yo anhelando un amor que nunca llegó. Para el m
ivada, no rezando, sino besando febrilmente el retrato bizantin
a, sino porque su obsesión era e
gar. Isabel, la musa de su
obra maestra artística destrozada a c
rediera, ¡Mateo autorizó un injerto de mi p
la en una explosión, mi amor, herido
este abandono total? Me sentía un objeto, despojada de mi dignidad y hasta
o dejaría, buscaría mi libertad lejos de la jaula dorada y de las mentiras. Encontraría mi propia fel