La Boda que Nadie Esperaba
, recibimos una
jandro
onsolar" a la pobre Isabel
lsa compasión. Me toma la mano, pero su tacto es frío. "Debe ser horrib
n de arrogancia mal disimulada. Me mira como si
mi mano
to tu lást
nde. Ella esperaba lá
estar tan tranquila? T
nte a los ojos. "Mi vida acaba de empezar. Le
laquea. Alejandro fru
gradecida. Hemos venid
e. Ahora, si me disculpáis, tengo cosas q
tivo. Les dejo claro que su
victimismo, pone
ntábamos s
sa helada. "Pero prefiero la honestidad de