icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La Esposa Tierna decepcionada

Capítulo 4 

Palabras:1161    |    Actualizado en: 24/06/2025

sa! ¡Mira lo que le h

e nuestra habitación. Me había seguido escaler

jé, Alejandro.

tó como si fuera a golpearme, pero se contuvo en el último segundo. El aire crepitaba con su violencia c

serviría? Él ya hab

í sin mi permiso. No te acercarás a Isabel. Y ni se te ocurra

las empleadas, leal a él, como carcelera en

una silla de ruedas, riendo juntos. Veía cómo le llevaba flores, cómo le leía en voz alta

entía como un fantasma en mi propia vida, observando de

mi oportunidad. Salí sigilosamente de la habitación y bajé

sconectado. Pero recordé un viejo

r casi por instinto. El corazón me la

otro lado de la línea. "He estado intentando l

to salir de aquí. Es peor de lo q

ónde estás? Ir

ero es complica

scapar, llámame. Estaré listo. Te

l océano de mi desesperación. Por primera v

, Javier.

ate, S

nsa. Alejandro entró en la cocina. No me vio. Abrió

leada se despertara. Mi corazón seguía acelerado,

abitación. Su humor había cambiado. Ya no esta

la cocina" , dijo, mirándome fijam

edé h

brutal. "¿Creíste que era estúpido, Sofía? ¿

d y lo estrelló contra el suel

mi voz temblando a pesar de mis esfuerzos por

alegría. "Tú eres mi esposa. La señora

la tonta que finge

as. Isabel y yo... tenemos una historia. Es complicado. Pero

no yo con e

rutar del apellido Lavezzari. Deberías estar agradecida" . Eva

. Me estaba volviendo loca, hacié

o es difícil. Pero Isabel se irá pronto. Solo necesita recuperarse. Una vez que s

Todo era

Coopera conmigo. Por el bien de la

n golpe bajo. Sabía que, a

a la única forma de sobrevivir. La úni

razo y salió de la habitación, cerra

lan de escape se había complicad

l brillo de una pantalla de móvil en la oscurid

ió una idea

tes que Alejandro me había regalado en nue

con una horquilla, una habilidad que había aprendido en mis

estaba sentada en un banco,

a" , s

a. "Señora, no debería estar

ete. Sus ojos se ab

ti" , dije.

do el brillo de los diam

cinco minutos. Y que m

a codicia ganó. Me entregó e

r. No contestó. Le envié

i única oportunidad. Espérame en la entrada de servicio

ono a Marta. Ella se guardó el brazale

ono, el que Alejandro había dejado en la mesita de

e. De un núme

nacido, zorra. Disfruta de tus últi

declarada. Y la batalla final s

Obtenga su bonus en la App

Abrir