La Verdad después de mi Muerte
enario, Isabela, mi supuesta mejor amiga, recibía el premio "Corazón de Oro", aclamada por toda u
cámara principal. Mateo, con asco, exigió que lo quitaran, tildándome de "basura que trae ma
ló mi donación anónima, exponiendo la fachada del "primer acto benéfico" de Isabela. Ella, con cartas falsas, inte
l confiar en Isabela, quien usó cada confesión para arrastrarme al abismo. Mateo, corroído por la culpa y el odi
na grabación. Mi voz, desde el más allá, sonó. Eran mis últimos instantes, narrando la brutalidad