Ya no te Amaba: El Heredero
avapiés, que siempre me había parecido un
cocina. No lloré. Las lágrimas s
squé el número del
ción voluntaria del embarazo," dije, c
fecha para la semana sig
ió esa noche, su
bolsa vacía sobre la mesa. "Lo he perdido
scara de indiferencia. Él esperaba
eocupes,"
rlo más que cualquier grito.
lo sient
y mi voz fue tan afi
"trabajo" con un paquete envu
aído," dijo, inten
te de jamón ibérico de
o si fuera lo más normal del mundo.
eas del embarazo, que había aprendido a controlar, volvieron con un
lor a carne me hacía enfermar. Pero
o arroz blanco para que él pudiera comprar sus "materiales de arte". Recordé cómo ve
payasa. La más e
staba en el sofá, enviando
eguntó sin levantar
" me
cama, me giré y le di la espalda. Sen
enfado me dio una extraña se
taba cambia