Todo Para Isabela
madre, empujándonos a Jav
as y barras de hierro, entraron en el s
á la pasta, señora ric
temblaban pero sus ojos eran fieros. Abrió
sale al arroyo. Corre al pueblo y busca
a dejaro
Su voz era un látigo. "
ro decidida. Agarró un pesado rodillo de amasar de la encim
en la frente y me em
lo último qu
o secreto olía a vino rancio y a miedo. Corrí a tro
ía, imaginando lo que
a casi un kilómetro de la casa. El sol me cegó. Corrí sin
, sin aliento, con el vestido desgarrado. La m
Mi tío Mateo estaba allí, riendo con otr
s pies. "El cortijo... ¡han entrado a
svaneció y fue reemplazada p
os. ¿Qué espec
nó en ese mome
bieta? ¿Que quiere llamar la atención porq
miró con fr
tus histerias. Vuelve a casa,
elta, dándom