ES A TI A QUIEN AMO
ill & NARRAD
había abandonado hacía cinco años. Solo creí en esa estúpida mentira que se in
co a la enfermera, para que esté pendiente,
chesco; para ver que noticias tienen, ya que hemos
lo más tarde, después que tenga las noticias que necesito. Todos se han comunicado en algún momento preguntando por Aleska, pero
la mirada hacia la mía, se nota angustiada por la falta
mí, me abraza y busca mis labios. Estoy agradecido con
amigas desde niñas y Laissa, es una de las testigos, no solo de nuestro amor; sino cuanto me pegó nuest
olores de cabeza persisten ─
echo largas compañías y hasta hemos estado los tres en la misma ca
scansar ─ le propongo ya que su embarazo le ha causado
, cómo va con los síntomas del embarazo, respondiend
ue un contrato, donde las dos familias se beneficiarían y no es un secreto para Laissa, el amor que siento por Aleska, ella mejor que nadie, tenía c
puedo alimentar lo que ya no será más, porque Laissa, es mi esposa, pero ya no será más mi mujer. Todavía n
el tío Jordan, Franchesco y hasta mi padre,
e el riesgo de la perdida de la visión permanenteme
ska, logró superarlo ─ interrumpió Franche
r ese motivo propongo esperar una semana más para la cirugía, desde hace tres días la paciente
que según su narración, había momentos en que ya no deseaba continuar y abandonaba la lucha. Esta vez ella tiene un incentivo y se está aferrando a él. Nunca he aconsejado a mis pacientes, a mantener una dependencia para poder luchar, pero en el caso de Aleska, estoy seguro que ella si
estos tres días transcurridos han sido tolerables el uno, con el otro, dialogan como dos hombres prof
sión, de allí decidiremos si es aconsejab
io promotor médico y científico internacional. En su trabajo para Franchesco, él es el encargado de buscar los contactos con los diferentes
que teníamos y yo, estaba en el deber de cumplir. Cuadré con ellos para programar desde aquí todos los holograma
e alguien había ingresado. Caminé hasta la camilla y tomé su mentón, elevándolo un poco y tomando sus lab
─ Le pregunté, porque eso es
lo que más deseo es que ese tumor desaparezca. Volví a buscar sus labios perdiéndome entre ellos, ya los
ada ─ mencionó la enferm
Tomé entre mis brazos a la mujer que era mi novia desde adolescen
sta el to
a duchar? ─ P
mueble del tocador y comenzando a desvestirla. Tocaro
ioné y no me equi
a descansar ─ le dije y
─ Preguntó observando a
lla me observó frunciendo el entrecejo
mpletamente
e que mamá nos ayuda
e, porque a partir de ahora le voy a dar más ganas de vivir. Tantas ganas para repetir cad
acuzzi e ingresé con ella, acomodándola en mi
ulo de su oreja y mordisqueándolo, mientras mis manos rod
tos momentos que deseo vivir con Aleska, cuando me arrepiento de haberm
usurro a su oído, pas
é, ─ m
do verbal entre las dos, es tan fuerte como el acuerdo que firmaron Sebastián y Laissa. Sobreto
mando una de mis manos y
é apretando sus pechos y acar
piernas. Mis dedos comenzaron a jug
susurro mordiendo su cuello y ub
comenzando a mover sus ca
ítoris y apretando mi brazo sobre su pecho izquierdo y presio
o mi entrepierna frotando mi erección entre sus glúteos. No dejo de mover los
o para que se corra. No dejo de mover los dedos, el agu
po tiembla, pero sus palabras, me hacen temblar a mí. La sostengo, esp
─ Le pregunto
y minutos después la voy notando más recuperada, quiere moverse y la ayu
jacuzzi? ─ Le pregunto
sí contigo ─ susurra abrazándome
ado ─ musita
placer ─ menciono levantando s
o haces ─ pide y se que es, porque puede s
adas sobre mí, con su rostro descansando en mi cuello y nuestros torsos unidos, me masturba lentamente y yo, la ayudo bu
cuerpo, con el brazo que tengo libre; presionando más nuestras
or nuestras manos, sino también por nuestros abdom
oca, nuestras lenguas se debaten y yo, me corro con fuerza en n
susurra y separo su cuerpo un po
za esté cubierta con vendas y que en la parte dónde está su herida, está sin su cabello, tampoco que su ros
aremos ─ menciono abrazándola y ella vuelve a ll
rar en ese estado de nostalgia, pero yo también quisiera detener el tiempo y volver a los momentos, donde
ándola caminar saliendo del área de duchas y el jacuzzi, teniendo cuidado que ella no pierda el equilibrio y caiga. Sebastián, no desea otro
o completamente el tocador hasta llegar a la habitación. Aleska, lo hace a tientas y él la observa sintiendo un dolor en su pecho, dándose cuenta de los años de oscuridad y pesar, que vivió la m
sola, Sebas ─ p
enes a mí ─ protesta Sebastián, cargánd
para que abandone la habitación, al
s Sebastián, solo toma el control pasando el seguro de la puerta principal, luego despoja a Al
? ─ Pregun
Sebastián, abriendo sus piernas
Aleska, acomodando su espalda en la cama y si
bastante complacido, al notar que ella tiene apetito nuevament
u rostro, abriendo sus pliegues y llevando su lengua a su centro, comenzando a lamerlo y chuparlo. Aleska, si
as de luchar, Aleska. ─ Es en