Promesas Eternas Ardido en Cenizas
casa con una torpeza
cesita algo?", pregu
fá en el salón, con el pie e
como mi "asistente personal". Le pagaba
era inso
do mi matrimonio ahora me
darme a sentarme. "Con
ron en el momento justo. Caí de nuevo sobre el sof
!", exclamó, llevándo
s dientes pa
infierno come
a de té. "Para que se
o "tropezó". El té hirviendo se
e insoporta
jeció al instan
rar. No por mí, si
é torpe soy! ¡Lo s
nstante, Javier
a, mi rostro contr
para Sofía, que llor
lla, no hacia
ila. No ha sido culpa tuy
ia mí. Su mirada e
s cómo está? La
olor de la quemadura era nada c
asustado y
Y tú ni siquiera te
Qu
es con Sofía. Ahora." Su
a que yo, su esposa, herida y humi
con un hi
ombreció. Se acercó a mí
voz baja, para que solo yo lo oyera. "Sería una pena q
n vil, tan bajo, q
de sus lágrimas, vi u
llación era un veneno q
", musité. "Ha si
los brazos de Javier, que me
ojeando, sub
acea. Saqué la déci
enco. Me la escribió después de la muerte
qué a l
ino se consumía, r
cayeron sobr
sin llamar. Vio el último troz
preguntó, fru
aer la
eshaciéndome de