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Casi incesto

Capítulo 2 La garganta de mi madre

Palabras:1386    |    Actualizado en: 04/06/2025

enorme que sobresalía, curvada hacia arriba, entre las piernas de su amante. Lo tomaba y cerraba los ojos, como

así supiera aún mejor. No podía creer que aquello que colgaba entre las piernas de un hombre pudiera s

me atrevía a moverme. Temía que, delatándome, rompiera la atmósfera

mi tío, solo que colgaban más abajo y eran más grandes. Mi madre los t

la idea se desvaneció al ver la expresión de placer en el rostr

to, observando cómo mi madre movía la cabeza adelante y atrás para complac

ni honesto con ella. Uno la engañaba, otro la golpeaba, un tercero le robaba dinero... En fin, todos eran auténticos cabrones. Y mi madre se esfor

. Fue como un shock, el mismo que sentiría cualquier chica al presenciar algo así por primera vez.

pero no podía. Lo deseaba, pero no podía. Aún no estab

ó la baraja de cartas y la guardó en el armario. Me alivió

eño. - Si quieres gustarle a los hom

o tú no entras en esa categoría. Eres mi tío, y

alguna de sus amantes, que le chuparía la polla y le daría acceso a todos sus agujeros. Yo no era así. Era pura y fresca, como esa Lolita al principio

por si acaso, pero

mi tío se había ido, y luego fui a la ducha. Necesitaba lavarme su olor, enjuagarme bien la boca. Des

a algo excitada. Bueno, ¿para qué mentir? Estaba realmente caliente: por el olor de su pene, por sentir aquel

rnas y me toqué. Estaba húmeda y calie

. Sin embargo, podía llegar al clímax con el chorro de agua si lo dirigía al lugar correcto.

a ola de placer me recorrió el cuerpo. Estaba fascinada por lo q

. Poco a poco, una fuerza creciente en mi bajo vientre me hizo gemir, arqueándome contra la pared de l

a después del orgasmo. Luego salí, me envolví en una toalla y corrí a mi habitación, dejando huellas mojada

la imagen del pene de mi tío no salía de mi cabeza. Su piel suave, s

los penes parecen varitas mágicas. Me reí para mis adentros por la comparación y lu

reyéndose el dueño del lugar, perdí los estribos. Ella y él follaban tan fuerte que los vas

iado interés. Mi madre me tuvo a los dieciocho; ahora tenía treinta y seis, y yo era igual que ella en sus me

sí que aceptó a su sobrina con gusto. Él y mi madre tenían casi la misma edad, pero él no había formado una famili

e diseño, tenía un coche que me encantaba y con el que soñaba conducir... Mientras, mi mad

esha: independiente y adinerada. Del tipo que pue

o quería ganar el derecho a conducir su coche; él propuso que jugáramos con sus bolas. Esta

volver a jugar, pero no es

Con Dimka no tenía tantas ganas; era joven y seguro que vendría en un segundo.

a volver a la ducha y t

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1 Capítulo 1 Perdí en las cartas2 Capítulo 2 La garganta de mi madre3 Capítulo 3 Accidentalmente terminé en la cama con mi tío4 Capítulo 4 Zona prohibida5 Capítulo 5 El culo desnudo de mi tío6 Capítulo 6 Tío Lesha estaba excitado7 Capítulo 7 ¡Se lo contaré todo a mamá!8 Capítulo 8 Chúpamela y no te muevas9 Capítulo 9 Mirada hambrienta del padrastro10 Capítulo 10 Con la polla al aire11 Capítulo 11 Su polla dura12 Capítulo 12 En vez de dinero13 Capítulo 13 Vendo mi virginidad14 Capítulo 14 La mejor defensa15 Capítulo 15 Ha aparecido un cliente16 Capítulo 16 ¿Es este mi padre 17 Capítulo 17 No estaba solo18 Capítulo 18 Fragancia cara19 Capítulo 19 Qué tipo más raro...20 Capítulo 20 No puedes contradecir a tu padre21 Capítulo 21 Una nueva convivencia22 Capítulo 22 Invitada del pasado23 Capítulo 23 Fuegos artificiales de placer24 Capítulo 24 Gané dinero con mi boca25 Capítulo 25 Nueva casa26 Capítulo 26 Somos amigas en la desgracia27 Capítulo 27 Cliente demasiado extraño28 Capítulo 28 El látigo no me excita29 Capítulo 29 Cuando se necesita dinero30 Capítulo 30 Esto no es un trabajo extra31 Capítulo 31 Amante de vaginas mojadas32 Capítulo 32 Encuentro con lluvia dorada33 Capítulo 33 Sexo con un salvaje34 Capítulo 34 ¿Estás preparada para una orgía 35 Capítulo 35 Dar en todos los agujeros36 Capítulo 36 Sexo con perversión37 Capítulo 37 Simplemente unas bestias38 Capítulo 38 Es dinero sucio39 Capítulo 39 Me pueden matar40 Capítulo 40 Su primera pregunta41 Capítulo 41 ¿Qué le importa a él 42 Capítulo 42 Sentir su enorme tamaño penetrarme43 Capítulo 43 Ignorando el dolor44 Capítulo 44 Las paredes de mi recto45 Capítulo 45 Dolor anal agudo46 Capítulo 46 Porque soy una puta47 Capítulo 47 Sabor a semen48 Capítulo 48 ¿Juegas con mi trasero