Nivel Cero Amor
paredes de vidrio esmerilado y metal pulido reflejaban los movimientos como si el edificio
idos y voz baja que le señalaba los distintos cubículos. Cada uno más impersonal que el
stedes compartirán sistema de monitoreo, aunque sus informes va
ana gris claro, entallado pero sobrio, y tacones medianos del mismo color. Su maquillaje era mínimo, pero suficiente para
. Un saludo formal, sin entusiasmo. Había desconfianza en
l -anunció la asistente-. Estará evaluando protocolos y clim
lo rojizo, de unos cincuenta años. Su v
ás joven, de lentes gruesos
o el tercero, sin
encio unos segundos, lue
s. Nos veremos pronto en una primera ronda de entr
ente a su pantalla fue una respuesta cl
ado desde arriba -dijo la asistente en voz baja,
, por dentro, algo en aquella reacción le revolvió el estómag
ris, cruzada por líneas de tránsito interminables. Las mesas estaban ocupadas por pequeños grupos que conversaba
bía, un murmullo la hizo mirar de reojo. En otra mesa, al menos dos personas la o
pezó»,
entrar como el pie que amenaza con aplastarlo todo. Me han asignado una función de confianza, s
tía camisa celeste sin corbata, saco gris marengo y el mismo paso firme que lo
onal? -preguntó, con tono neutr
biente general -respondi
u portafolio. Solo una taza en la mano y una arruga mínima en
iste una buena primer
h,
tes. Aquí, que te
en su forma de hablar que parecía di
ser temida. Estoy
roso -replicó él
tos, pasos y voces lejanas flotaban alrededo
as de mi rol? -preguntó L
. No con desafío, sino
mpas. Aquí la gente
, algo quedó vib
algo que ni yo quiero admitir. No soy débil, pero
só a su oficina. Afuera, el cielo comenzaba
un leve clic y apoyó la espalda contra ella, por primera vez en much
sin mirar la ciudad. En su mente, volvía a verla. Sentada en aquella me
ía
piensa a la distancia, como un enigma que incomoda. Había en su manera de hab
era so
er la taza con la mano izquierda -con ese gesto casi elegante que no tenía nada que ver con los
consuelo. Pero hay algo en ella que rompe mi defensa
ejó caer sobre la silla. Se
puede sonar precisa sin ser cruel. Cómo se nota que ca
ntre reportes ni protocolos. Sino en la intimidad de una noche larga y honesta, donde la
egó con la cabez
voz baja, c
o estaba
ntir era
ar, el deseo era la d
con su reflejo. Aún tenía el rostro de alguien qu
a una opción. Er
no podía dejar d