icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Nivel Cero Amor

Capítulo 3 La jaula de cristal

Palabras:1199    |    Actualizado en: 02/06/2025

paredes de vidrio esmerilado y metal pulido reflejaban los movimientos como si el edificio

idos y voz baja que le señalaba los distintos cubículos. Cada uno más impersonal que el

stedes compartirán sistema de monitoreo, aunque sus informes va

ana gris claro, entallado pero sobrio, y tacones medianos del mismo color. Su maquillaje era mínimo, pero suficiente para

. Un saludo formal, sin entusiasmo. Había desconfianza en

l -anunció la asistente-. Estará evaluando protocolos y clim

lo rojizo, de unos cincuenta años. Su v

ás joven, de lentes gruesos

o el tercero, sin

encio unos segundos, lue

s. Nos veremos pronto en una primera ronda de entr

ente a su pantalla fue una respuesta cl

ado desde arriba -dijo la asistente en voz baja,

, por dentro, algo en aquella reacción le revolvió el estómag

ris, cruzada por líneas de tránsito interminables. Las mesas estaban ocupadas por pequeños grupos que conversaba

bía, un murmullo la hizo mirar de reojo. En otra mesa, al menos dos personas la o

pezó»,

entrar como el pie que amenaza con aplastarlo todo. Me han asignado una función de confianza, s

tía camisa celeste sin corbata, saco gris marengo y el mismo paso firme que lo

onal? -preguntó, con tono neutr

biente general -respondi

u portafolio. Solo una taza en la mano y una arruga mínima en

iste una buena primer

h,

tes. Aquí, que te

en su forma de hablar que parecía di

ser temida. Estoy

roso -replicó él

tos, pasos y voces lejanas flotaban alrededo

as de mi rol? -preguntó L

. No con desafío, sino

mpas. Aquí la gente

, algo quedó vib

algo que ni yo quiero admitir. No soy débil, pero

só a su oficina. Afuera, el cielo comenzaba

un leve clic y apoyó la espalda contra ella, por primera vez en much

sin mirar la ciudad. En su mente, volvía a verla. Sentada en aquella me

ía

piensa a la distancia, como un enigma que incomoda. Había en su manera de hab

era so

er la taza con la mano izquierda -con ese gesto casi elegante que no tenía nada que ver con los

consuelo. Pero hay algo en ella que rompe mi defensa

ejó caer sobre la silla. Se

puede sonar precisa sin ser cruel. Cómo se nota que ca

ntre reportes ni protocolos. Sino en la intimidad de una noche larga y honesta, donde la

egó con la cabez

voz baja, c

o estaba

ntir era

ar, el deseo era la d

con su reflejo. Aún tenía el rostro de alguien qu

a una opción. Er

no podía dejar d

Obtenga su bonus en la App

Abrir