Nivel Cero Amor
in un solo mechón fuera de lugar, enmarcaba un rostro severo y pálido. Bajo sus ojos, las ojeras comenzaban a dibujarse como pequeñas sombras, casi imperceptibles, pero constantes. Vestía una blusa
infinita de sí misma. Estaba acostumbrada a ese reflejo. A la imagen de la ejecutiva imperturbable, a la
cio. «No eres una más. No viniste a encajar.
NCA reinaba el silencio clínico. Lucía se sentó, entrelazó las manos sobre el escritorio de vidrio y repasó las notas del informe de clima laboral. Todo era una
abrió con precisión. Bruno Ortega cruzó el umbral sin esper
ándose el saco azul marino mientras sus zapat
los empleados: desde el peinado -ordenado, sin una hebra fuera de lugar- hast
cerías -respondió ella, señaland
cuero sobre las piernas y entrelazó los dedos. Parecía
bes por qué est
l logotipo de NCA grabado en plateado. En su interi
iones. Mi tarea es revisar cada paso y aplicar correctivos. -La
. Pasó las hojas sin mirarlas realmen
Cortan con elegancia -com
a hacer
, casi triste por un instante-. Pero sabes que esto no es solo un jue
ómo
des que no figuran en los contratos. Las órdenes que no
una advertencia o una confesión. Había algo en la form
hilos -replic
za levemente, como ac
del papel que interpretas aquí dentro? ¿Que hay algo que
ración se hizo más corta
el control es una amenaz
. Había algo en su mirada que no era confrontación,
un
mblor minúsculo que apenas se nota. Me recuerda a mí mismo cuando llegué aquí, con la esperanza de que el trabajo
re aquí no sea solo trabajo. A veces uno sobreviv
cí
incomoda, pero al mismo tiempo... es la primera vez en años que alguien me habla como si me viera. No como una herram
silencio con un
s políticas. Las relaciones están p
tamente. La carpeta qued
erran a lo único que les queda -y la miró con
móvil, pero algo en su interior temblaba. No tenía mi
puerta, pero antes
los ejecutores n
e f
s ojos hacia el ventanal. La ciudad seguía allí, impa