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Resurgiendo de Las Cenizas: La Heredera a Quien Intentaron Correr
Autor: River Dancer Género: ModernoResurgiendo de Las Cenizas: La Heredera a Quien Intentaron Correr
a, tocando el timbre de la puerta
es en la propiedad solían ser tranquilas, ya que cada miembro de la f
hirrido, Tricia Scott, la empleada domést
puedo creer que esté aquí!", exclamó la sir
la tapó con una mano, lamentándose en el acto, pues
a enterarse de que le había dado su título a alguien a q
o bajo y mesurado. Acto seguido, entró como si nunca se hubiera ido. Justo como
apresurada y nerviosa. "Señorita... eh, Maia, ¿qu
tar todavía en mi habitación
bloqueó el camino. Evitando hacer contacto visual c
ues se dio cuenta de qu
reguntó finalmente, per
cio, explicó: "La señorita Morgan tiró todos sus pertenencias después de que la encar
los ojos abiertos de par en par m
ensando en el destino que había sufri
o y arrepentido asentimiento
como un rayo. Alguien como Rosanna no habría tenido el valor de deshacerse
rza. Esa pulsera había sido el último regalo que Vicki le había dado, u
tado alejarse de la familia Morgan, y dejar el pasado atrás, per
a sus espaldas una voz que no
Jarrod, parado a poca distancia, con l
rrándola del brazo como si estuviera interpretando el
ambiente, Tricia salió de l
. Era ligeramente más alto que Maia
casa? Déjame adivinar. Como tienes antecedentes penales, descubriste que nadie te va a contratar, así qu
idea: retráctate de todo ahora. Publica una disculpa en tus redes, dirigida a
ombre de los Morgan. En ese momento, no había estallado, pero ahora no tenía intención de contenerse. Ahora
cho de enderezarla. Si ella se disculpaba y mantenía su distancia de Rosanna, consideraría dejar que se quedara en la familia. A fin de cuentas, el
que debían mostrarse educados. No creía qu
debiera algo, y era precisamente esa actit
, ella pasó de largo, sin dedicarle una mirada, caminando directamente hacia Rossan. En el acto, perdió su expresión arrogante, pero luego recordó que había
ónde están mis
por sus ojos, antes de poner una expresión de inocencia y de
reció en los ojos de Maia, quien
ste todo lo que estaba en mi habitación?", pr
llas, contestó: "No lo hice con mala intención. Solo... Temí que se echaran a perder por qued
uerte golpe resonó en la habitación