De Esposa a Jefa de la Mafia

ia, sus piernas se movían de tal forma que no alcanzaba a dar un solo

fetada, había desaparecido momentáneamente siendo sustituido por un int

omo sus lágrimas se desbordaban y recorrían sus mejillas. Una vez que logró sentarse, cubrió su rostro con ambas mano

fuerte, a no mostrar su vulnerabilidad frente a otros, no en vano era la cabeza principal de la familia Fiorini, lue

ejarte en claro que no te quedarás con la fortuna, ni los negocios de mi

ún así, levantó el rostro mirando a Elena con actitud desafia

jer podía actuar de manera tan fría si acababa de perder a un hijo.- Nunca me casé con Enzo por su dinero, para mí él era un h

abrupta, cubriendo su mejilla, miró con repulsión a la madre de su marido, o mejor dich

arrastrando sus palabra

le! -exclamó la

siblemente enojada. Nada ni nadie le impediría ver al homb

o y aquí se hace lo qu

y yo nos amábamos, él era todo para mí, déjeme verlo, se lo suplico -La voz entrecortada

ue cremado

mera vez se sentía destrozada, cayó de rodillas y lloró

maldita

tocó un botón e inmediatamente dos

taciones de huéspedes para

azos, la obligaron a ponerse de pie, pero ella había perdido las fu

l -Elena, elevó

guardaespaldas, levantando

a la oficina donde a

desmayada, mamá? ¿Qué le h

¡No sé como Enzo pudo tener tan poco tino para elegir a una

la amaba? -refir

ienso permitir que se quede con nada, la echaré a la calle una vez que se lea el maldito testamento de

mamá, quiera

movilizar y callar a su hija menor.- Ahora sal, necesito descansar un poco. Dile a Franco qu

de determinada manera. Cuando subió las escaleras para dirigirse a su dormitorio,

os de altura, fornido y unos treinta años,

ficina. -indicó la joven tratan

ed ordene

as los dos hombres continuaban descendiendo. Al entrar en su habitación, se lanz

olpeaba la almohada con ambos brazos y hundía

n los nudillos la superficie de madera, esperando la autorización para entrar.

las manos cruzadas a la altura de su pelvis, mostrando su lealtad y disciplina. Su mir

tó con una voz profunda y respetuosa, s

indicó abreviando en aquella frase todo lo qu