Amor Letal

ene límites, roza los espaci

lle. Ella estaba allí,

as más a verme–dije con todo e

a, su mirada reflejaba deseo

r aquí, mejor me voy–dijo con voz tembloro

ó escapar un quejido de dolor, al golpearse. Mas no se movió, salvo por sus e

que viniste– le dije, s

su respiración se aceleró al sentir mi mano apretando con fuerza. T

me siguió sin decir nada, la obligué a arrodillarse con mi mano sobre su hombro. Ella se dejó caer sabiendo lo que se

estaba emocionand

nos–le dije

y las puse sobre mi pantalón. Ella se encargo del r

upuesto, yo le había enseñado a hacerlo. Durante muchos encuentros le había explicado con detalle cómo desempeñarse para complacerme, ahora era toda una

ne de su bo

ás lo hizo sin demora, y

ía muy suave. La levanté del suelo y metí mi mano bajo su falda

de nuestros encuentros

s a la hora de hacerlo, no sé si era por su higiene o el sabor de su lubricante seminal, era desagradable. Pero al hacértelo a ti lo disfr

en su vagina, cuando me hacías sexo o

luidos corrían por sus piernas, mientras yo le

do gemido mientras se agarraba de la mesa. Yo la penetraba con toda la fuerza de la que disponía, haciendo sonar nuestros cuerpos al chocar. No

hasta lo más profundo de sus entrañas. Ella gemía, jadeaba, gritaba, ponía la

espalda; ya no podía defenderse. Al agarrarla de e

azos, quiero que me supliques que me detenga

uedes, yo sé que me amas tanto como deseas no hacerlo. Yo sé que tu cuerpo te va a traer a mí siempre, aunque tu mente di

penetrarla y agarrarla; pude notar que ya sus piernas temblaban,

lancé sobre la cama. Abrí sus piernas y comencé a lamer los labios de s

ama, sus ojos se ponían blancos

étemelo!– dijo

l pecho nuevamente, penetrá

o. Esse momento vienen a mi mente los recuerdos de nuestro último encu

stúpido mensaje, yo no puedo con tus intermitencias y cuando nos vemos aunque el sexo sea increíble después de cogerme puedes dormirte sin siquiera decirme nada, sólo d

uscando placer, no dulzura. Yo nunca te ofrecí esas cosas, yo sólo te ofrecí sexo desde el principio. ¿Por qué tienes que complicarlo todo? ¿Qué más qui