icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

QUERIDO AMANTE: me casaré con tu sobrino

Capítulo 3 Eres mía

Palabras:1859    |    Actualizado en: 31/05/2025

a a Carmen por los hombros, viéndola con de

.. - Balbuceaba Carmen

todos se enteraran de lo que pasa entre tú y el señor Hidalgo,

el entrecejo confundida

sto, no soy

ben? - Preguntó

a ser tan obvia, Carmen, ten por seguro que todos se enteraran... - Le advirtió Fernanda a su amiga. - Ahora, quédate encerrada en tu habitación, ll

Yo no

algún momento, los Hidalgo tienen la norma de arreglar los matrimonios de sus herederos a conveniencia y

Yo

rnanda con un tono de reprimenda. - ¿Crees que él podría vivir como nosotras?, ¿cómo un asalariado más?... ¿O es que...?

, sintiendo como la vergüenza la envolvía, porque la verdad era, que ella si llegó a imaginarse

la ciudad y lo disfrutaste por mucho tiempo, ¿no es así? - Pregunto Fernanda y bajando el rostro con vergüenza, Carmen asintió. - Bien, pero ya es momento de poner los pies sobre la tierra, eres una sirvient

os ojos llorosos, intentando limpia

ser muy fuerte, porque entiendo que est

ue imaginarse eso de nuevo. - Por favor... Te agradezco por todo, Fernanda, pero... Ahora necesito estar a solas

da le acarició el hombro con amabilid

armen, completamente desconsolada, intentando botar t

cer nada al respecto, sino que además, Carmen estaba condenada a

una huérfana, estaba sola en el mundo y no conocía a nadie m

o, Carmen se iba quedando dormida y probablemente ya era

- Preguntó Carmen, ext

zón, esa voz que ella podía reconocer a kilómetros de distancia y que cada día se

, sintiendo como se ahog

¿Q

do hablar, pues sentía de nuevo el fuerte nudo en l

. Ni siquiera insistió», sopesaba Carmen con tristeza, cuando luego de uno

ente, la puerta parecía temblar, así como él pulso de

ente figura de Bastián Hidalgo, hizo presencia, él cargaba el

que me fuera? - Preguntó Bastián todavía desde el umbral

no le estaba marchando del todo bien por la impresión

lla de la puerta, está vez para cerrarla, pasando el seg

rvaba todavía desde su cama

l traje prácticamente se la arrancó lanzándola y se soltó un poco la corbata, Bastián se

uficiente como para que Carmen sintiera que perdía todos los

saliendo, con ese rostro esculpido y masculino, perfecto, con esa mirada intensa, fría y oscura que hacía perder los estribo

ella todavía era muy pequeña comparado con la altura de Bastián, pero

e por una larga noche de pasión, como era habitual entre ellos, est

pretando a Carmen todav

e Bastián para detenerlo, intentando empujarlo para alejarlo, tarea q

te atacándola, como nunca antes la había besado, mientras ella sentía que era arr

omo si nunca antes se hubieran tocado, como si estuvieran sedientos y desespera

con una mano, mientras que deslizaba la otra ma

mente, separándose en un segundo d

y volvía a caer, pero esta vez no, esta vez tuvo un momento de

astro de sangre. - Tú... ¿Me mordiste? - Repitió acercándose a Carmen, para volver a tomarla por el brazo, es

ando con todas sus fuerzas mantenerse firme. - Esto no pued

restregándole su virilidad ya erecta, acercando su rostro una vez más al de ella, como si fuera a besarla, pero no

la detallaba, deslizaba la mirada llena de intensidad por todo el rostro de Carmen, perturbándola. - Eres mía, Carmen, eres mía, ¿entiendes?, y eso nunca va a cambiar, a

a Carmen de la prisión de su abrazo, para luego darse la media vuelt

se agitaba, al tiempo que todo su cuerpo se estremecía, ¿qué había dicho él?, ¿qué Carmen

una cosa era ser su amante escondida estando él solo, pero... ¿Cómo un h

cho, extraño, aunque en las palabras de Bastián parecía haber un tono de molestia, en sus ojos, en esos oscuros e

Obtenga su bonus en la App

Abrir