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COVET: "Siete Corazones para Bianka"

Capítulo 2 Dos

Palabras:2122    |    Actualizado en: 21/05/2025

on las tareas domésticas, se desvaneció ante la realidad de siete hombres de diversas edades y personalidades esperándome en el salón. Mi corazón latía acelerado y cerré mis manos en puños intentando control

ivir conviviendo c

abeza. Tomé una profunda respiración e intenté aparentar calma. Finalmente ellos terminaron de observarme

parecía totalmente agotado mientras caminaba hasta mi. Sus ojos fueron a los míos y bajé la cabeza al instante. Él también me intimidaba, aún más que su hermano. Tenía un aura de peligr

mujer a esta casa, hermano? -

sto parece un basurer

mi mentón, los ojos cafés de aquel hombre hicieron que sintier

con nerviosismo-. ¿Eres capaz de h

a yo sabía si era capaz

se giró al instante-. Estoy de acuerdo

de frialdad y su mano en mi barbilla. En cualquier momento mi

ara mirarme-. Mi hermano pagó por tus servicios y serí

Austros que sonrió con suficiencia. Los demás se mantuv

r, Gerión Snow. Bien

us miradas fijas en mi y tuve la sensación de ir cayendo por un precipicio. Él comenzó a presentarlos y yo mantuve m

os son: Balios -señaló al que intervino a favor de

sgos que podía observar en sus miradas furtivas. El sonido de mis propios latidos llenaba

o llevaba el cabello corto como un militar. Deimos tenía ojos color miel, cabello rubio y tatuajes en sus brazos. Elais

rlos -logré decir

los y al levantar la vista me encon

gó con la cabeza. Con grandes zancadas desapareció por la puerta dejándome so

has pasado lo peor -me dijo mientra

instante d

voz temblorosa sacando la poca valentía que conse

vé mi mirada hasta ellos, el de los tat

Austros ama ment

os ojos restándole importanci

otar y el jefe de la casa, lo que diga Gerión es la ley. Luego le sigue Deimos -el susodicho le

tu descripción, herman

ró y siguió con

cabello-. Como podrás observar, el

entiroso y bromista -añadió

s trataba de fijar los detalles de cada uno de ellos con la esperanza de que m

uego está Elais -el del cabello castaño alzó su mano-, que es el alma de la casa, le gusta mucho el arte, cada cuadro que hay por aquí fue obra s

s nada? -pregun

trar a los negocios -me susurró-. Eso sería t

ura-. Me hizo una seña con la mano para lo que lo siguiera y caminé detrás suyo hacia una enorme escalera de piedra. En la planta de arri

tación -me anunc

se y bajar las escaleras, entonces solté todo el aire que había estado conteniendo. Abrí la habitación y entré rápida

haciendo en

os se humedecieron y tomé grandes respiraciones porque el llanto no iba a resolver absolutamente nada en estas circunstancias. Debía enfretarme a esto, ser fuerte. Me puse de pie y sequé m

.

e golpe. Los rayos del sol hiciero

demonios

de los hermanos Snow, no más Delle para mi durante un tiempo. Respiré con pesar y me levanté. Mientras

varias ligas para recogerlo. Lo peiné con cuidado y lo recogí en un pequeño moño. Mi rostro estaba páli

lo hago por

con uno de los trajes de empleada que guardaba el closet de la habitación. Era un vestido negro, con mangas cortas y me llegaba hasta unos po

uchar sus voces provenientes del salón de abajo aunque no logra distinguir que decían exactamente. Comencé a caminar

razos en contra de la pared de la habitación. Su torso estaba completamente desnudo y podía ver todos sus músculos contraer

ó apenado-. Perdón por

suficiente para inti

alguno de ellos fuera suficiente para intimidarme co

no voy a comerte

ije titubeando-. Creí qu

inalmente me soltó hacien

edo servirl

sonrisa de amabilidad desapareció de su rostro pa

así de obedient

relación, jefe –empleada -

me había percatado de lo inmensa que era su habitación. Con grandes ventanales que daban una

aló su camisa-. Tengo una reunión

uando alguien se aclaró la garganta a nuestras espaldas. M

Estamos todos esper

r supuesto

ener que hacerlo. Miré a Deimos con la clara intención de hacerle ver que tenía cosas que hacer antes de planchar su camisa y él me dio un asentimie

es la

e uno de los sillones-. ¿Qué

de conversar y

mejor que hacer que obs

la cocina?

sillo, al final -me respo

r con mi primera tarea, pero algui

ando mi brazo al suyo-. Sé de cocina, voy a darte una mano, s

agiarme y ambos camin

primer día no s

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