Mi corazón te pertenece
ÍTU
s Vac
el gra
te tiempo que compartimos en algunas clases. No soy un hombre cruel que le gusta tratar mal a las mujeres; soy sincero con ellas. Me dan lo que quiero y ella obtiene lo que quiere de mí. No la
ras la tarde cae, dando paso a la n
espojo mi cuerpo de la ropa, tomo un baño ligero y salgo envuelto en una bata de palo. Me dirijo al armario y busco qué ponerme. Elijo un pantalón de vestir
rfe
a habitación buscando la salida de casa. Le envié un mensaje a mi mamá anunciando mi salida
ando, otros en las mesas con parejas sonriendo y otros llevando su copa a la boca. Termino de adentrarme, paso a un lado de la barra, vi
no en forma de saludo-. ¿Llevas ra
cinco minutos
parece
a me agr
n -tomo asie
elajamos en la mesa. Nos entablamos p
de una hermosa mujer y recibo un fuerte gol
te loco? -expre
e que me la cobraría -dijo riendo el muy maldito-
gustaría pasar una noche con una de ellas? -le preg
nterés por ninguna. Tal vez solo espero que lleg
ltaste -le hice sabe
uedes meter en problemas con alguna de ellas; se puede estacionar contigo o, mejor
dad; es solo placer, nada más. No hay amor, cada una
a acostarte con tantas s
n bellas, atractivas, sexy, provocativas. Ell
o de decir-. Va a llegar una que te atrape y no la quie
carcajadas-. «No pienso enamorarme todavía», eso l
del silencio entre nosotros, pero no de la música a fondo. Y otro conversó de
lla hacia mí, no debo tener más encuentros íntimos
que no pase más de ahí, que solo s
acer -tomo el resto del v
S DES
zcla de sentimientos me embarga; orgulloso me siento de estar aquí, nervioso y ansioso por lo que se va a presenciar, satisfecho por contar con el apoyo de mis padres que siempre está
a alguien? -pre
da -lo veo con su traje de toga y birrete-
ando un suspiro; al par
mos divididos por grupos: el de administración por un lado, derecho en otro, y así sucesivamente. Emiliano