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EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO

Capítulo 10 Tramposa

Palabras:2404    |    Actualizado en: 23/04/2025

QUISO LUCH

TULO

cia L

edo

se sentó en el piso y empezó a acar

o preguntas

e senté frente a ella-, no me

e tenerte miedo? -

tas, como si me tuvieses m

e miró-, para nada, es s

o que ella, empecé a

uy serio y me d

d? - una hermosa sonrisa

un p

a y ella solt

arte, pero luego vi que eres amable -se acercó un poco, me entre

estaba en la esq

como

riosidad, sonrió con la

e gusta estar con los demás, siempre quier

n mí?! - la miré y ell

mayor parte del tiempo te gusta estar solo y lejos de

do-, parece que me c

o, solo te he

que sus ojos me decían cuando me miraba fijamente-, siempre trato

aber un

desde niño

conmigo - se levantó y caminó

lo dices?

quedas tan serio, pensé que

o acaricié

sus mejillas apareció, alejé mi mano -, soy un gruñón y amargado esa es la verd

sin pensarlo, bajó

la expresión de mi rostro-, es broma, por eso te pareces a ese conejo, le da miedo abrirse con los demás, miedo a

por mí? - caminé hasta el

, es demasiado desconfiado, no deja

orpresa cuando el animalito se acercó a mí. Pasé mi mano por su cabecita hasta llegar a su rabito, lo hice por unos segundos, luego cuan

e tan

ieto y la rasguñó con las garras de las patas. Hizo un gesto de dolor, p

s cuestión d

íble -

iándolo, estábamos tan cerca que sentía su respiración

soñaba con cargarlo -mur

ás salvaje se pue

íos al punto de ponerme nervioso-, ¿s

ra lo que me pasaba. Incliné un poco mi cabeza deslizando mi nariz sobre la piel suave del conejo, su r

ndo también me quedaría así, tan calmado,

espiración en su cuello, toda su p

minutos, sus ojos y los míos, ambos con tantas dudas y preguntas que no tenían respuestas o tal vez no queríamos darlas. Le recibí

rré aún tan cerca d

razo y dio un paso hacia atrás -, ¿crees que te

doraba ver el rojo de sus mejil

miró con curiosidad-, tamb

e puso roja co

onrió aún con sus mejill

ndola en medio, me miró, la miré desde sus ojos bajando por su nariz hasta detener la mirada en sus l

con mi mano los pelos

ismo, empezó a sacudir c

que ni al caso, regresamos a la casa, eran casi las cuatro de la tarde. Entré directo a la habitación y solté todo el aire acumulado, no podía creer lo que estaba a punt

aran de mí, me organicé, empaqué algunas cosas. Sandra entró y

s? -inq

asa de m

- sentía su mirada,

días -solo esc

ien - Salió de

o en el pecho que no se podía llenar. Esas cosas eran las que me desconcertaban. Tomé el celu

riana, un pi

ue bueno e

aba apagar eso,

¿Cómo

- escuché una risita y un

i un largo suspiro -

, amor -me quedé en silencio un

í es

cir que seguimo

na y por un momento su mirada y la mía s

que sí

de sentirme bien y feliz, me sentí

eso, yo sé que te hice sentir

luego tendremos

r verte, ojalá pas

iajar este fi

pone que te quedarías

volver, así podremo

imaginas lo que se

todo está solucionado,

, pero fue todo lo contrario, me sentía peor. Mariana no merecía eso y ella tampoco. Tenía que

salida? -pre

a abuela para entren

? Te vas en la mañan

yo - interv

son las seis, en mi bicicleta

esitaba pedir

e pa

a reunión a esa hora. Aparte estoy secando un café en el silo,

ximo ocho, no podía desvelarse. Por lo que comentó mi padre la reunión era de cafeteros, la pasaron para esa hora precisame

uando el café esté seco que lo apague y lo

u hermano no sabe cua

os un ca

yo me quedo con Andrés, yo s

trasnochar quién sabe hasta qué horas,

ió- , yo me quedo,

apagar el silo y dejar el café a

se encarga de manejar los ciclos de secado, yo me encargo de lo demás, ya miramos

spalda abrazándola-, pero no puedo faltar a la

r -respo

su mirada era diferente-, así Esteban puede

on la mirada me preguntara po

•°•°•❈•°

ARRA SAN

o todo lo que sentía cuando estaba cerca de mí, no quería mezclar las cosas, menos en la situaci

por qué se quería ir así de un momento a otro. Sentí una leve molestia que tampoco entendía. Interrumpí y le dije que yo podía hacerlo, se

ada, era de molestia y reproche, tenía tantas preguntas para él. Después de insistir, mi padrino aceptó, entraron a

entrecejo-, parece que tienes prisa-

re mi pr

a, pero dándole la espalda-, ¿es

recto a los ojos-. ¿Por qué estaría mole

lsos, ni yo entendía el motivo de mi mole

uyas

y cortante l

ye de las cosas

había sido todo eso allá afuera? ¿Por qué me comporté así? Yo no era así, lo mejor era mantener la distancia, como si nada hubiese p

e quedara. Si en ese momento me preguntaran por qué me sentía así no tenía una respuesta para

nuará

¿Qué pasará por la

teban 🙄 yo querí

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