EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO
QUISO LUCH
TULO
cia L
edo
se sentó en el piso y empezó a acar
o preguntas
e senté frente a ella-, no me
e tenerte miedo? -
tas, como si me tuvieses m
e miró-, para nada, es s
o que ella, empecé a
uy serio y me d
d? - una hermosa sonrisa
un p
a y ella solt
arte, pero luego vi que eres amable -se acercó un poco, me entre
estaba en la esq
como
riosidad, sonrió con la
e gusta estar con los demás, siempre quier
n mí?! - la miré y ell
mayor parte del tiempo te gusta estar solo y lejos de
do-, parece que me c
o, solo te he
que sus ojos me decían cuando me miraba fijamente-, siempre trato
aber un
desde niño
conmigo - se levantó y caminó
lo dices?
quedas tan serio, pensé que
o acaricié
sus mejillas apareció, alejé mi mano -, soy un gruñón y amargado esa es la verd
sin pensarlo, bajó
la expresión de mi rostro-, es broma, por eso te pareces a ese conejo, le da miedo abrirse con los demás, miedo a
por mí? - caminé hasta el
, es demasiado desconfiado, no deja
orpresa cuando el animalito se acercó a mí. Pasé mi mano por su cabecita hasta llegar a su rabito, lo hice por unos segundos, luego cuan
e tan
ieto y la rasguñó con las garras de las patas. Hizo un gesto de dolor, p
s cuestión d
íble -
iándolo, estábamos tan cerca que sentía su respiración
soñaba con cargarlo -mur
ás salvaje se pue
íos al punto de ponerme nervioso-, ¿s
ra lo que me pasaba. Incliné un poco mi cabeza deslizando mi nariz sobre la piel suave del conejo, su r
ndo también me quedaría así, tan calmado,
espiración en su cuello, toda su p
minutos, sus ojos y los míos, ambos con tantas dudas y preguntas que no tenían respuestas o tal vez no queríamos darlas. Le recibí
rré aún tan cerca d
razo y dio un paso hacia atrás -, ¿crees que te
doraba ver el rojo de sus mejil
miró con curiosidad-, tamb
e puso roja co
onrió aún con sus mejill
ndola en medio, me miró, la miré desde sus ojos bajando por su nariz hasta detener la mirada en sus l
con mi mano los pelos
ismo, empezó a sacudir c
que ni al caso, regresamos a la casa, eran casi las cuatro de la tarde. Entré directo a la habitación y solté todo el aire acumulado, no podía creer lo que estaba a punt
aran de mí, me organicé, empaqué algunas cosas. Sandra entró y
s? -inq
asa de m
- sentía su mirada,
días -solo esc
ien - Salió de
o en el pecho que no se podía llenar. Esas cosas eran las que me desconcertaban. Tomé el celu
riana, un pi
ue bueno e
aba apagar eso,
¿Cómo
- escuché una risita y un
i un largo suspiro -
, amor -me quedé en silencio un
í es
cir que seguimo
na y por un momento su mirada y la mía s
que sí
de sentirme bien y feliz, me sentí
eso, yo sé que te hice sentir
luego tendremos
r verte, ojalá pas
iajar este fi
pone que te quedarías
volver, así podremo
imaginas lo que se
todo está solucionado,
, pero fue todo lo contrario, me sentía peor. Mariana no merecía eso y ella tampoco. Tenía que
salida? -pre
a abuela para entren
? Te vas en la mañan
yo - interv
son las seis, en mi bicicleta
esitaba pedir
e pa
a reunión a esa hora. Aparte estoy secando un café en el silo,
ximo ocho, no podía desvelarse. Por lo que comentó mi padre la reunión era de cafeteros, la pasaron para esa hora precisame
uando el café esté seco que lo apague y lo
u hermano no sabe cua
os un ca
yo me quedo con Andrés, yo s
trasnochar quién sabe hasta qué horas,
ió- , yo me quedo,
apagar el silo y dejar el café a
se encarga de manejar los ciclos de secado, yo me encargo de lo demás, ya miramos
spalda abrazándola-, pero no puedo faltar a la
r -respo
su mirada era diferente-, así Esteban puede
on la mirada me preguntara po
•°•°•❈•°
ARRA SAN
o todo lo que sentía cuando estaba cerca de mí, no quería mezclar las cosas, menos en la situaci
por qué se quería ir así de un momento a otro. Sentí una leve molestia que tampoco entendía. Interrumpí y le dije que yo podía hacerlo, se
ada, era de molestia y reproche, tenía tantas preguntas para él. Después de insistir, mi padrino aceptó, entraron a
entrecejo-, parece que tienes prisa-
re mi pr
a, pero dándole la espalda-, ¿es
recto a los ojos-. ¿Por qué estaría mole
lsos, ni yo entendía el motivo de mi mole
uyas
y cortante l
ye de las cosas
había sido todo eso allá afuera? ¿Por qué me comporté así? Yo no era así, lo mejor era mantener la distancia, como si nada hubiese p
e quedara. Si en ese momento me preguntaran por qué me sentía así no tenía una respuesta para
nuará
¿Qué pasará por la
teban 🙄 yo querí