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La salvación del millonario (CEO)

Capítulo 3 Ponzoña

Palabras:1912    |    Actualizado en: 18/04/2021

evamente la transpiración se cernía sobre su cuerpo y la nariz sangraba, goteaba apenas, cayeron dos o tres gotas en el suelo expandiéndose y

n ayuda. Era un paisaje bastante hostil aún de día, mucha belleza, pero no se podía confiar en ella. A veces las cosas más estéticas y lindas son las que más hay que temer porque algo efectivamente anda mal. No existe el paraíso. Anotó las palabras que Wendy le confiaba en los sueños, su voz era suave, parecía que canturreaba y se oía lejos como una brisa, como una brisa antes de la tormen

abe usted

ino a hacerme algunas preguntas, así que quizás reabran la cau

ble, ojalá sea así. ¿Y qué pasa muc

ar sobre ella, querí

unca tuvimos problema con ella. Asistía a la universidad como vos sabrás ya que sos el amigo, estaba en su primer año cuando todo pasó… No sé quién se la llevó, no sabemos dónde ni cómo. Además nunca asistió a la universidad ese día que desapareció, simplemente se esfumó de casa. Primero pensamos que había

salir afuera para encaminarse hacia algún lado donde no todo fuera tan tétrico. Revisó la casa con cuidado, no era el lugar en el que Wendy pedía ayuda,

No

sa niña era un veneno! ¡Era un veneno! —le susu

qué dic

que se extiende lenta

alejó de allí. No sabía si la muchacha había decidido desaparecer por sus propios medios, pero realmente no era normal ese barrio, no era normal la gente, había sentido un no-sé-qué al estar allí. Es

rado, recibió algunos mensajes de su amigo

Dón

ar Germain, Kloss, y yo. Vos estás

, quizá

la madrugada empieza todo

ún, era el traje de policía que dejaba al descubierto ciertas partes de su cuerpo donde las personas podían fantasear. La foto misma formaba parte de la fantasía sexual y del fetiche también. No mostraba su rostro, pero sí todo lo que venía bajo su mandíbula. Tenía todo un equipo profesional que había comprado años atrás, la cámara, el aro de luz, etc, y la mayoría de personas en su círculo más cercano -menos su padre- sabía de su cuenta. Cuántas veces sus ex compañeras y compañeros de la facultad compraron sus fotos, eran incontables. Y Fox no estaba avergonzado por ello, en r

ue más sentía era miedo, era algo extraño que emanaba la chica, ya no era quien pedía ayuda, sino más bien la persona dominante, quien tenía a ese hombre a su merced. Wendy soltó una carcajada, una carcajada que comenzó desde el fondo de su garganta porque resonó. De repente, la tenía arriba suyo y suspiraba, con su mano izquierda corrió su cabello detrás, tomó las manos de él y las colocó sobre sus pechos, hizo que este acariciara sus pezones, la otra parecía disfrutarlo y gemía y movía sus caderas de manera frenética. También paseaba libremente por el torso contrario, besaba su cuello, bajaba hasta su miembro considerablemente erecto y también lo lamía, yendo de abajo hacia arriba con el ápice de su lengua, recorriéndolo una y otra vez, después una sensación cálida lo abrumaba cuando sus labios tomaban preso a su genital. Un calor insoportable recorría su cuerpo, y la transpiración de Wendy brillaba a la luz de una lámpara colgada en la esquina de una habitación que no podía reconocer. Los suspiros y su voz suave llegaba a los oídos de Fox como músi

as de su perfil en esas horas, le pareció gracioso ver a un nombre conocido allí: Germain. El

s aires de grandeza, le guiñó el ojo al muchacho, éste rodó los ojos. — Espero que uses bien mis fotos, Germain. —profirió sentá

vende sus fotos

sabía q

nte, sino más bien porque había comprado fotos de un supuesto amigo. Cómo expli

pitió en su cabeza mucha

you know? You´re holding your breath, but it stills spit out and spreads out. I color you with m

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