Shadow I: El Heredero Sombrio
ulo 0
del último
05/
tar de un nuevo día con rayos solares que il
se encontraba una mujer de unos veintitres años, era albina con ojos color ambar. Leía a gusto un
brillantes y vivaces. A pesar de tener una piel arrugada y queb
a mujer mientras acomodaba sus brazos
solo la vio con una
ecostó en su asiento co
muerte. -suspiró y volvió a ver a la Matriarca de las ha
errada de sospecha ante esta distante actitud. Por su parte, Layla mordió
ro no a la abuela. Conozco todo de ti, incluso los pañales -Layla se
derte con desdén, solo se lev
lo diré. Temo que mi
da y pura, no quiero que sea co
os por la impresión. Bebió un poco de su té antes
ceño y su rostr
Tsumo y a Ruth porque quería "comparar" tamaños? -Hizo como s
algún problema -defendió, pero Layla pegó
tomaba en serio ese comportamient
vil mentira! ¿Quién en su sano
glar con ayuda psicológica. Por ci
edo esperar -exclamó con un tono más tranquilo tras h
recorrió su cuerpo. No
. Había estado tras la pista del líder de lo
ercó a Layla. Con un gesto de cariño,
a veces, uno debe cuidar de sí mismo. Soltar la cuerda para qu
y difíciles de entender -dijo mientr
sus mimos, debía ser seri
entiendas, sino que los
n llegar a su destino, solo caminaron tres cuadras mientras observaban fascinadas el p
taurantes y cada uno a unas calles del otro. Todos esos locales hací
nvitarle una pizza? Ha pasado un buen tiempo -
burlona y una mirada de curiosidad mientras recordaba cómo
nuca con una sonrisa avergonzada-. Anciana, qué cambie d
in -Se detuvo frente a una pollería de dos pisos. Con d
gar era el tribunal de Nostradamus. Un lugar sagrado usado para reuniones importantes
go, a falta de un segundo eco por parte de su compañera, se dio la vuelta p
la abuela c
a sus seis años, nunca dejó de preocuparse
ientras se sujetaba la cintura con la man
corazón acelerado de Mandarina, la Matriar
yla no se preocupaba, pero aun así,
ud. Tan honorabl
. No un samurai, una maga del purgatorio
o su última sonrisa cálida antes de que las puertas se cierren. Ya sola en el pasill
ma del pasillo. Esperaba entrar, oculta
de ese pasillo. Una extraña presión en su pecho y manos sudorosas
recordando que ese olor lo habí
desplazaba, unas voces de hombres indignados prot
la más querida por la comunidad maga, per
n la perilla de la puerta. Con pocos segundos para reaccionar, se hiz
os, tragó el sonido de esa explosión. En ese instante, una cort
de cuerpo más curvilíneo que el de Layla, pe
abello blanco, ojos totalmente blanco
s bajo sus pechos y dio un pisotón, esperando alguna respuesta
Ruth, la mujer que tenía el ceño fruncido, vinie
yla se escondía
niñas! ¡Eres
ás profundo del pasillo, salió una sombra
se llenó de impotencia, sentía ganas
tía techo. Aún bajo los efectos de la fuerte impresión, sus piernas se debilita
nada por lo que
"Zorros", n
táreas. Eres mi a
gnifican nada ahora, pero créeme, no
negras que estaban por ser disparadas, s
gración S
yla sintió sus
negro salió de todas sus cavidades. Todo su cuerpo l
eron ahogados por una extraña sensación que trepaba por su garga
yla quedó muerta con los ojos en blanco. Con esta victoria, los magos solo soltaron risas de gozo p
algo que no le gustaba a Ruth, sabía que no podía ser tan fácil. Después de todo, conocía a Lay
nto. Con una mueca de disgusto, se acercó al cadáver para darle una pat
a -murmuró con r
asta que unos aplausos de ovación se h
grupo, una sombra eme
a oreja sobre una mesa larga desde
y idiota. Tengo planes para e
es no tardaron en apuntarle a Layla con su
aba evitar tan fácilmente, a pesar de que saltaba y se contorsionaba de maneras imposibles. Por un momento, p
No solo sintió que su estómago explotó, sino también miles de fracturas en su columna y luego
iso ponerse de pie, pero un murmullo inentendible la hizo
ron los cuatro magos, quienes cargaron de frente. Sin embargo, el recuerdo de una beb
sala. La maga apareció en la cocina del tribunal. Con el corazón acelerado y la resp
deró cobarde, pero eso le dio tiempo. Sentí
us ojos, pudo ver un pedazo de la taza, así que
emor mientras el mago del tacto daba un paso al frente con mucha confianza. Lay
ó mientras trataba
. Sí, debo usar un he
erpo se agitó con desesperación que tensab
De pronto, la habitación se llenó de u
un extraño dolor en todo su cuerpo la hizo darse cuenta de que había recibido diez golpes e
nta, su visión se fue cuando un martil
a hazaña fue el mago del gusto, tras vomitar ese martillo. Se acercaba con pasos lentos, con sus manos
La sala, que una vez fue silenciosa, se llenó de sus risas burlona y rías ante la muerte de quien odiaban. Sin
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