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ÉPSILON: MUNDOS ALTERNATIVOS

Capítulo 3 Los Rebeldes

Palabras:1142    |    Actualizado en: 24/03/2025

abrió

s palabras salieron con una fluidez que no reconoció. Todos giraron sus cabezas hacia ella,

sospecha y curiosidad que la hacía sentir como

a como si tuviera idea de lo que estaba haciendo-. Si logro entrar en su sistema de ventilación, podría acceder

oyectado. Alejandro la miraba con una mezcla de sorpresa y admiración que hizo que

no recordaba haber visto en él antes. Una sonrisa genuina, l

io cuenta de que, sin quererlo, acababa de co

n una postura que parecía sacada de una película de es

eraba, pero tampoco es que fuera experta en infiltraciones, por mucho que

-replicó Alejandro, con un

dedor, consciente de que todas

i esto sale mal, te

Alejandro que había conocido y este nu

o evitar pensar que, tal vez, esta loca av

ajo presupuesto. Cada vez que movía un brazo o deslizaba una pierna, el material metálico le arañaba ligeramente la piel expuesta. "Un plan perfecto", había dicho Alejandro, con

dedos volaron sobre el teclado holográfico, su mente en piloto automático mientras descifraba códigos y desactivaba sistemas de defensa. El sonido d

luz natural inundó el lugar. Laura tuvo que entrecerrar los ojos para ajustarse a la claridad, pero lo que vio la dejó sin palabras. Las caras de las person

túnel. Su respiración era pesada, como si hubiera corrido kilómetros, y su uniforme

se desvaneciera en cualquier momento. Había algo en su mirada, una mezcla de gratitud y admi

ban. Su pecho apenas rozaba el de él con cada respi

unque su voz salió ligeramente temblorosa-. Sup

que probablemente había derretido cora

vantando una mano para apartarle un mechón de cabello que se había pegado a su frente. Su

do nervioso que n

abajar -respondió, intentando ignorar cómo su c

irada fija en sus ojos como si fueran el único anclaje en ese momento-. Cuando

su cuerpo vibrando con una tensión que

irar a ningún otro lugar que no fueran sus labios, q

a sonrisa que parecía contene

poco de romanticismo era como un café sin azúcar -su voz era un

reemplazado por una mezcla de incredulidad y confusión. Esas palabras... esas habían sido s

familiar tirón del artefacto en su bolsillo. Fue como si una fuerza invisible la jalara hacia atrás, desarmando

eza y algo más... algo que parecía un adiós no pronunciado. Luego todo se des

fue la sonrisa enigmática de Alejandro, y sus ojos,

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