La Embarazada Cautiva del Ceo.
ti
idea de qué me esperaba, pero estaba segura de que nada bueno. Caminé hasta el escrit
señor Eros? -pregunté, con la
gesto rápido me indicó que sí. Claro que podía pasa
molesto, más que molesto, furioso. Golpeaba el escritorio con un lapicero, y su ceño
días, se
r, empiece a hablar, desembuche
ve un problema. Tenia que cambiarme de vivienda, y mi hermanita... Usted sa
rrumpió br
mana? -preguntó, sin levant
e... sola. No tengo q
y me miró directamente. Su mirada era
haces, Aitiana. Empiezo a pensar que
ñor? -pregunté, intent
a con ser una mujer inteligente o buena en otros campos como enfermería o fa
s piernas. No podía perde
rometo que haré todo lo que usted quiera. Necesito
uiera? -preguntó,
ré todo. Lo qu
de su escritorio y
cia. Puedes firmarla y llevarte
nazaban con salir, pero me obligué a mantenerme
a, evaluándome como si estuviera de
mí. -Sacó unos papeles más del folder y lo
? -pregunté, con
nfidencialidad. Solo asegúra
peligroso?
sino, tranquil
. Apenas leí las primeras líneas, pero no tenía
dome unos documentos -Necesito las cifras de los pro
los papeles y me l
la pared del pasillo. No podía darme el lujo de fallar otra vez. Necesitaba ese dinero para que mi hermanita pu
ajo mi cuidado. Mi jornada laboral en la farmacéutica siempre terminaba con la entrega de estadísticas y el conteo del inventario, un trabajo meticuloso pero mecánico. Cuan
ono en busca de algún mensaje de mi hermana, pero no había nada. Eso me ponía nerviosa. Cl
ara la cena. Al abrir la puerta, noté que Claudia estaba sobre la cama. Parecía dormida. Me acerqué y comprobé que estaba respirando tranquila. Suspiré aliviada. Entré al ba
Salí corriendo del baño. Claudia estaba en la cama
pregunté con voz temblor
ita... mucho... no aguanto m
as. La cargué en mis brazos, ignorando mi propio cansancio. Claudia estaba liviana
ncia, aceleró cuando le expliqué la situación. Claudia empezó a sud
ido! -le supliqu
yuda. Dos médicos vinieron y tomaron a mi hermana. Apenas pude explicarle
s síntomas antes? -p
a renal -respondí con la p
una mirada extrañ
gunos exámenes. E
do mentalmente mi trabajo, pero los gemidos de mi hermana seguían resonan
, ¿podemo
rio, mi corazón lat
su hermana tiene c
mo una bofetada. Negué con l
tamos hacer más estudios para determinar la etapa del cáncer. De esa manera debería proceder con el tratamie
Fue lo único que se
penas una niña. Salí tambaleándome hacia la habitación donde la habían dejado descans
frágil figura. Cada vez que la miraba, sentía cómo mi corazón se rompía en pedazos. ¿Cómo podía
intenté mantenerme fuerte por ella. Le preparé el desayuno
die y no salgas. Llámame si
-respondió con una sonrisa que m
hora en que debes
e. -Moví la cabeza asintiendo, le di un be
estaba en otro lugar. Entré en la oficina de mi jefe
Aitana -me saludó con u
ista para ir a la bod
ó hacia mí con un
algo muy importante. Recuerda que ayer firmaste un acuer
entregó un papel. Mientras lo leía, sentí que el suelo desaparecía bajo