El arrepentimiento de mi exesposo
atravesó la tensa atmósfera, hasta posar
die nunca se hab
ues la considerada como una heredera en quiebra que intentab
as aguas traicioneras con cuidado, tragándose su or
rse ante Isabel. Por eso, desatendiéndose de la fría atmósfera, caminó con confi
Apenas lo vio, Kyla se levantó de un salto, se
o tono de una esposa melosa que ha esperad
l brazo y entrecerró un poco los ojos. "¿Qué está
ita, así que pensé que era el momento perfecto para ponernos al día", interv
diendo una suma sustancial. Kyla había intervenido para desenredar el lío, un hecho
ra ahora, pues no quiero causarte ningún problema, Noah", dijo Ky
iró dramáticamente
se, la detuvo y le dijo: "No hace falta. Y n
ga ironía. Oficialmente, ella era la esposa del hombre, pero estaba allí sentada, sintiéndose m
ahora?", sugirió Sadie, cuyas palabras
a la que reconozco como mi nieta política. ¡Las demás ni siquiera se acercan!"
: "Y quiero dejar algo en claro, si me entero de que a
rza que estuvo a punto de clavarse las uñas en las palmas
ente molesta, se mordió el lab
ues detestaba la sensación de sentirs
espondió bruscamente, jalando a
ano, con la voz temblorosa por la furia; de hecho, todo su cu
yudó a sostenerse y lo
una cansada aceptación: "No te molestes en obli
undo suspiro y dijo con una mezcla de admiración y triste
ue quisiera, no podía dictar la vida de los jó
umento de un cajón y lo puso frente a e
me, ella deslizó el documento hacia el anciano. "Esto no me corresponde a mí. Me casé con Noah, consciente de que él amaba a algui
haberte casado con Noah?", quiso saber N
esa la paralizó por un momento, instantes después le ofreció una sonrisa amarga, sacud
o de lo que nunca podría arrepentirse. Sin embargo, ese sentimie
ó a firmar e
a hacerla cambiar de opini
no tenía motivos para seguir sufriendo. Él la cuidaba con el cariño reservado para una nieta qu
ón Wall, Sadie no regresó a la
el. Tenía un cuarto y una sala, ambos completamente amueblados; el lugar le ofrec
de la presencia de su esposo, así como de cual
cia la invadió. Por más que miraba los nombres, no podía encontrar a nadie que pudi
l aceptó lo inevitable y decidió rendirse ante lo que viniera después.
ordenar el espacio. Afortunadamente, el bebé que
u frenesí de limpieza, su celula
lco: estaba dividida entre responder o ign
o estás causando problemas otra vez, ¿verdad?", rompió el
a cargada de amargura. "Teniendo en cuenta que nos estamos di
...
mos. No me aferraré a ti, así que te agradecería mucho, señor Wall, que te abstengas
o se contrajo por la ira al darse cuenta de que la llamada se h