UNKNOW ROMANCE
en mi cama durmiendo, o quizás en el sofá viendo las malas películas que pasaban por la televisión. Sencillamente haciendo cualqu
siquiera en lo más mínimo, dado que un ocurrente castaño con una sonrisa deslumbrante m
trastes, conmigo a su lado secándolos con un trapo pa
entre risitas nerviosas-
a ti y la otra para mí, es simple. Las llevaremos a comer un helado, luego quizás unos tragos y si tenemos suerte coronaremos -dijo rápidamente mientras con
lo al ser tan sincero con sus ideas sobre todo lo que sea que se le ocurriera hacer, no era ni un poco reservado con su forma de hablar, Kilian no
no tienes sexo
arias. Ya ni estaba seguro de si a ese hecho se le podía denominar acto sexual, pero no era precisamente con una chica, y t
es vir
cajeé entretenido con s
iosa oportunidad de d
, si quieres ve tú y
i ha
irritante molestia de peinarme como él lo haría, para semejante ocasión especial, haciéndome parecer una mini imitación barata del mismo. Puse mis ojos en
dmitir que aquel pueblo era bastante pequeño, tanto como para conocerse todos en el mismo, sin necesidad de poner mu
familia, y milagrosamente jamás cerraban a pesar de las malas épocas. Y no es que alguien se animara a montar algún negocio que les hiciera competencia, dado que quienes lo intentaban no duraban mucho tiempo en pie, ant
aban sentadas en diferentes mesas, anduve tras Kilian con cierto nerviosismo, este bastante alegre se detuvo frente a un
ionadas, y tuve que contene
dijo con una amplia sonrisa rodeándome los hombros con uno de s
aro q
apa era Tinya, y la odiosa era, Melissa. Ambas eran hermanas. Vivían a las afueras del pueblo, y trabajaban de camareras en el único restaurante que había e
uedó en silencio, mientras yo parloteaba con ellas sobre chistes y películas, ellas se reían un poco forzadas, pero solo Tinya me miraba con cierto interés, al
-susurró levantándose ap
egunté extrañado co
smado, dejándome aún más confu
te salió del local con paso demandante, y se plantó en el exterior frente a un tipo que no lograba rec
uré corriendo fuera de allí, a ver en
que si mal no recordaba era quien le había robado la billetera semanas atrás. El motivo de mi mala suerte, ese estúpido chico quien no dejaba de sonreír ante las cosas que salían de
-musitó sin perder esa
lletera! ¡Maldito
de temor a ser agredido-. ¿Podrías regresarnos su dinero y sus papeles? ¿Por fa
do los dientes, bastante enfad
Cál
ona tomándome velozmente de la cintura, para acercarme a su cuerpo, de inmediato
nándole un puñetazo antes de que yo pudiese p
scuche un ruido sordo, que me obligo a girarme, a pesar
rza, dejándolo agotado, e indefenso, no pude quedarme quieto, más sabiendo que lo lastimarían gravemente en cuestión de segundos. Por ende, no tuve ni siquiera el tiempo suficiente para dudar en si debía ayudarlo o no, así que, sin más remedio, salte sobre
ordo al presenciar con dificultad como Kilian había dejado en el piso sin aliento a sus otros dos amigos, decidió rendirse, y por fin, pude poner mis pies sobre el duro suelo de un salto, bastan
preciada billetera a sus pies. Todos sus amigos y él, salieron corriendo dejándonos so
allí, para quizás no regresar en un buen tiempo. No estuve muy seguro en ese momento de que fue lo que me impulso a hacerlo, pero la verdad ya no importaría s
en su hombro, tal vez estaba demasiado feliz por saber que pronto se marcharía de mi presencia. Pero para mí desgracia algo en mi interior se removió
.
a el calor del cuerpo de Kilian sobre mi piel, su respiración tan cerca de mis clavículas, el suave agarre de sus manos tras mi espalda, pero intentaba con todas mis fu
bía regresado apresurado, porque sabía, pronto comenzaría a tener un ataque, uno de esos que no tenía desde que era un niño. Quería olvidar, no volver a sentir esa sensación de asco recorriendo mi interior. Quería acabar con eso q
ecía más de una cosa, sin necesidad de palabras. Encendió la luz de la sala de e
elícula - cont
ta bu
uando se sentó a mi lado, después de quitarse
o, pero a pesar de ello, había aprendido en los últimos días a lidiar con su descabellada forma de actuar. Pero esa sensación tan familiar me enloquecía, me hacía querer sa
de mis horrendos pensamientos-. No pensé que fueras tan
on mi mirada perdida en la nada -. Sol
o que era mío, de no ser por t
s irte
o primero debemos
¿A
ugroso pueblo? -inquirió enfurruñán
con las p
, dicen que tiene la montaña más increíble de todo el país, así
sganado-. De todos modos, si n
n peculiar de hacer las cosas-. Hable con el jefe de camino a acá, y no hay problema por un dí
ienes, como para
aquello no fuera la gran cosa-, así que ve y
Va
azón amenazaba con salirse corriendo de mi pecho, y no me hubiera molestado si lo hubiera he
marme, pero me era imposible. Me dirigí sin vida a la cocina donde me serví un vaso con agua que
Oy
¿Q
a buscaba encontrar algo que yo ni siquiera lograba comprender, quería respuest
r qué
fui c
ncia lo que hagas o n
bajo, dándome a entender que no había logra
-suspiré poniendo m
celos, pue
o, si ataba todos los cabos sueltos, quizás fuera un poco cierto, tal vez por él, o por la chica, ni yo lo entendía, no descifraba mis emocione
s suplicas, aun cuando lo empujaba muy lejos de mí, y siempre despertaba de la misma
ue me senté en medio de la cama a llorar sin nada más que pudiera hacer para remediar mi situació
tar? -me pidió antes de
jugándome las lágrimas co
z - dijo un poco preocupado, sentándose en el borde de la cama,
n p
stado -propuso acostándose de inmediato a mi lado, e
¡N
s ojos-. No rechistes, duérmete, y es
la manta, y me recosté en el lado contrario dándole la es
o como para poder controlar mis temblores, pero por alguna razón, uno de sus brazos entre su sueño me rodeo, y a pesar de quedarme estático por lo que