Corazón en Guerra
abía dejado una sensación extraña, algo entre la curiosidad y el desafío. Pero lo que más la inquietaba no era el hombre en sí, sino el hecho de que, por un breve momento, ha
legó rápidamente a oídos de Nasuh. En Midyat, no pasaba nada sin que él se enterara. Y lo que más le enfurecía era la idea de que su nieta
e. Su mirada, fija en los papeles, no parecía alterarse, pero su mente estaba acelerada. La puerta se abr
ojos de Nasuh, como siempre sucedía cuando se trataba de una conve
ista lentamente, s
su voz baja pero cargada de
que la joven había tenido una discusión con un hombre en el mercado. Al principio pensó que no sería más que una molestia pasajera, pero luego, el rostro de
k, antes de mirar a su padre c
speso. Emir Demir. El nombre resonó en su mente con un eco de desdén. El hijo de aquellos malditos
sonrisa fría. - Claro, no podría ser
s de que pudiera respond
asuh, levantándose de su silla con una calma inquietante. - Le di
iscutieron en el mercado. - Faruk intentó ca
miró con
mía para casarla con quien yo elija, no para perder el tiempo con un hijo de esa gente. Y si quiere
ndo que la conversación estaba a
? - preguntó, temer
sonrisa llena de i
i autoridad. Además, ya he decidido lo que haré con esa familia. Si la muchach
control de la situación. Su encuentro con Bahar en el mercado aún daba vueltas en su mente, y no podía dejar de pensar en su actitud
ahar, con su belleza y coraje, lo hacía dudar. ¿Debería seguir su venganza a toda costa, o su d
migo más cercano, Azad Yilmaz, quien lo mirab
zad, sin rodeos. - Has estado obsesionado con eso desde que eras u
ceño y miró a
ble de la muerte de mis padres. Lo que me hicieron no
d de venganza de Emir, pero no podía hacerle cambiar de opinión. En es
ha
ortante: la joven Bahar Asian era ilegítima. Lo había confirmado a través de sus fuentes, y la revelación le dio una oportunidad que no había
mismo, una sonrisa
, Azad - murmuró para sí, mientras se alejaba de su amigo,
te de su juego. Y él iba a usar cada fragment
e final que pondría a su nieta en su lugar. Y en las sombras, e