Heredero de la Luna
habitación. Los ojos amarillos habían desaparecido tan rápido como habían
n pasos controlados, se acercó a la ventana y miró hacia la calle. Nada. Solo el refl
ió. Algo est
rrando las cortinas. No tenía sentido salir a per
as y sacó una caja de madera que no había tocado en años. La colocó
ata con un extrañ
que le quedab
a noche en que
r lo que significa. Y cuando ese
omprendido esas pal
su chaqueta. Si quería respuestas,
◆
e afuera parecía un establecimiento común, pero cualquiera que hubiera escucha
acia la barra. El olor a licor y
usto con barba espesa y ojos oscuros, lev
tiempo que no
ción, Franco -dij
iera debatiendo si valía la pena hablar. Fin
ples, eso lo sabemos lo
nclinó sob
uerpos mutilados. Ojos a
ureció la
e jod
o fuera serio. Sa
gurándose de que nadie estuviera e
una manada antigua ha regresado, otros que alguien está rompiendo el e
trecerró
Cu
n trago antes
Fer
escalofrío recor
ado ese nombre
e estaban
n vuelto... significa q
◆
on la mente llena de
o eran cualq
. Controlaban gran parte de los bajos fondos y tenían un códig
eso era lo
auto. Estaba metiéndose en un territ
el motor rugió. Pero antes de
lofrío o
taba
svió hacia el e
ridad del callejón
amari
ez... no es
ás. Muc
a había c
cena ante él. Ojos amarillos brillaban en la oscuridad del callejón, parpadeando
ntes de que fuera demasiado tarde. Pero Ethan sabía que
có su revólver. Lo cargó con balas de plata. No sabía si las his
y abrió la p
le daba un aire espectral a la calle. El call
e, sin rastro de miedo-. ¿Van a quedarse e
tre las sombras. Lu
los salió
. Su rostro era anguloso, con una mandíbula fuerte y una piel que parecía ten
rasposa, casi gutural-. Sabía que
ntó el arm
ién
mbre
que importa es que estás
ió el ceño-. Esto es una m
hombre inclinó la cabeza-.
pudiera reaccionar,
iado
distancia y al siguiente ya estaba frente a él, empujándolo con una fuerza d
dic
r el cuello, apretando con u
rías -susurró el hombre-. Pero no pe
tarse. Su visión se nublaba, su
ces cuand
su pecho, luego en sus brazos y piernas.
ombre
con una sonrisa depreda
rpo temblaba, su visión se volvía más clara, má
arlo, dejó que el
erza que no sabía que tenía, apart
do varios metros, cho
de rodillas
nios habí
te, limpiándose la sangre del
o, sin dejar de sonreí
ón latiendo con fuerza, su cuerpo
o miró con
mos pront
en las sombras, llevánd
as en el pavimento, sintiendo
algo había
abía vuel