SEDUCCIÓN POR ARDIENTE CONTRATO MATRIMONIAL
su mirada, Dorelia no sabía si la había reconocido, y una parte de ella, la más osada, quería averiguar si la recorda
l con paso enérgico, sin querer que él
o con cuellos de zorro. Su perfil, hermoso y aristocrático, con unas cejas negras y bien arqueadas sobre las largas
go que le molestara. El orgullo de Dorelia pudo más que su educación y, tras meditar si propinarle un puntapié para responder a su leve mueca, ella respiró hondo, y murmuró en un tono lo bastante alto para que él la esc
rgullosa. Muy pocas mujeres habrían reaccionado como ella, ya que la mayoría habrían agachado la cabeza y se habría
mó el caballero rubio, ajeno a l
uque de Blackshield, le
e la cortesía, querido primo, el mismo que tamp
ndrew. Tu vuelta a Camberly es un nuevo comienz
compra siempre es un buen comienzo, y me gustarí
onrió encantado. Había visto el brillo en los ojos de la mujer cuando se había acercado a An
retos, y esa muchacha, al haberlo enfrentado con su mirada
a sonrisa triunfante sabiendo que su
iaje, señorita Hamilton?
ensar de él. Primero se había mostrado gentil con ella para después ser un completo mal educado. Ese cambio hab
volvería a pensar en él por m
más de lo q
a sucedido, pues había llegado alterada. Había visto en más de una ocasión cómo su temperamento le había traído problemas, por
uvieran con un tirón de las riendas y un siseo apagado cuando llegaron ante sus puertas. Sin querer
? -le dijo él al tomar su
ando pasaban junto al río, y lo miró con expresión desafiante-. Gracias, Stuart -rectificó ensegui
e se reponga -declaró él
sar sus muros no solo al día siguiente, sino en todo un mes. Por desgracia, el destino se puso en su contra, ya
n recato fue que había ocurrido algo muy grave, pues su
se le echara encima, y solo acertó a pensar que le e
lta imperdonable que no se cumpliera cabalmente. Por suerte, Dorelia no tardó en averiguar qué era lo que perturb
mos sido invitadas a un
y fue a su encuentro y se lanzó a sus brazos. Emocionada, hizo girar a Dorelia un par de v
uenta de que el entusiasmo de la joven no podía achacarlo esta vez a
s y de grandes patillas y bigote, que hacía todo lo posible por mantenerse apartado de sus sobrinas. Su tía, en cambio, era una mujer engreída y vanidosa que se pasaba e
ia la sala del comedor. Cuando se giró y comprobó que su hermana se había calmado y volvía a
ó una conversación. Para su sorpresa, fueron atendidos por una doncella bajita y delgada, a la que ella nunca había visto antes, y a la que todo
egunta de Dorelia vino acompañad
u parte, la tía Agatha se entretenía tratando de atrapar con demasiado ahínco unos esquivos guisantes con
más que evidente su cambio de tema-. La familia debe comer reunida, según lo dicta el más elemental princ
ecto y el faisán. El primero brillaba por su ausencia desde la ruptura de su compromiso. Y el c
a contestar su pregunta. Motivo por el que más interés mostró por su respuesta-, no volverá a ocurrir. ¿Sería
u esposa, quien aprovechó para meters
él al fin-. Será el próximo sábado -aña
a a ser aceptada en sociedad, lo que cumplió al pie de la letra, empezando por atribuirse la cancelación de la boda. La ofensa había sido demasiado alta, pero solo Dorelia podía juzgar que estaba más que justificada. En una de su
e soy una lunática desequilibrada? -bufó D
e esfuerzo y entornó los ojos
rte para ti, lord Trenton se avino a las súplicas de tu tío y no hizo públicas tus escandalo
ervaba con una expresión triste en su dulce rostro y los dedos encerrados en los puños sobre la mesa-. Siempre he tratado de
o cuando su esposa se
cuestión de confianza, sobrina, sino de aprovechar la oportunidad que nos brinda lord Trenton para reparar
y contó hasta tres p