Volver a vivir
n la pasión, pensando obstinadamente que había encontrado al amor de su vida, que era feliz con ese hombre y que a su lado haría realidad sus sueños de un hogar y una familia grande y hermosa. J
Eso fue lo que sintió Blanca, cuando, después de ponerse su overol, su gorrita, los guantes y las botas, se dispuso a iniciar sus labores, y vio a Jonathan, besándose muy acaramelado con su mujer. Ellos, el deportista y su esposa, trabajaban juntos, se conocieron en esas mismas oficinas, germinaron su amor por largo tiemp
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ente se hundió en las arenas movedizas de la decepción, las mismas que había pisado cuando conoció a Jonathan sin saber quién era, sin cerciorarse de sus intenciones, dejándose llevar por sus emociones, queriendo encontrar el camino de la felicidad, intentar
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bían pensado aún en boda, estaban muy enamorados. -A mí en cambio me va muy mal en el amor, solo sé de decepciones y engaños-, sorbió su jugo Blanca, resignada y dolida, desconsolada. Elisa conocía bien a Blanca. Ella era una chica gentil, noble, sencilla, muy emotiva y divertida. Le extrañaba toda esa racha de desventuras. Elisa recordó que Blanca era la más linda de todo el colegio, que los chicos se peleaban por