vael alfa maldito
gitada con la
camiseta la podía exprimir de tanto sudor nocturno, mi cabello está hecho un desastre, las trenzas se
iro en el espejo, mis ojos están al borde del llanto, tengo ojeras y me veo horrible y aunque trato de imped
mi cerebro cansado. La realidad es que estaba cansada de la situación, he estado teniendo la misma pesadilla noche tras noche y ya no sé qué hac
pero cuando abro los ojos veo una figura frente a mí, no logro verla bien, las paredes de cristal de la regadera están cubiertas de vapor, pero alguien dibujó una carita feliz así que abro la puerta pensando que era mi hermano y no hay nadie. Salgo de la regadera para confirmar, pero solo logro resbalar y darme un golpe en el ojo, grito suavemente mientras lo cubro con mi mano, voy al espejo y me miro un moretón, se va formando, tengo piel tan blanca que pareciera como si fuera vo
acomodar mi trasero en unos pantalones cómodos para entrenar, pero creo que he subido de peso, mamá dice que tengo una figura esbelta y atlética -¡YA VOY!- grito por
sí
y correr al baño para encerrarme, pero me atrapa por la cintura camina conmigo a la puerta y cierra con seguro, me lleva de vuelta a la cama y s
sé que no me conviene y no es la primera vez que viene a mi habitación y me trata así. -para por favor déjame en pa... ¡Ahhh!- Gimo sin contenerme cuando succiona mi pecho izquierdo. Vuelve a introducirme los dedos haciendo que haga silencio de repente y abra la boca mientras mi vientre se contrae, quisiera asesinarlo, pero es todo lo contrario estoy enamorada y simplemente lo disfruto aunque me haga la dura y quiera negarme. Cuando estoy a punto de correrme después que logra su cometido se detiene provocá
la puerta, pero su mano se envuelve en mi largo cabello jalándome hacia él y me pega de su pecho por la espada, muerde
ar ¿en serio me odias? Sabes q
, eres una bestia salvaje que solo quiere saciar sus caprichos egoístas a cambio de pisotear a los que realmente te quieren y, en cambio, pagas con maltratos o con tu ac
nviaré su cabeza de regalo en una cajita feliz con una sonrisa como la que dibuje en la regadera- Me mira con una sonrisa de espanto y se lanza hacia atrás me asusto y corro hacia la ventana estábamos en un cuarto piso al mirar hacia abajo estaba de pies me sal
ue bajo mi pantalón y me toco mientras pienso en él hasta gemir con la almohada en mi cara. Vael era