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Entre las sombras (2do Libro)

Capítulo 4 III

Palabras:1180    |    Actualizado en: 13/12/2024

ués estaba

sismo a la espera de Draco

e Ziam se había puesto tan nervioso, tamb

olvidado de

raco Breisacher

razón sospe

🙫

ella. Evangeline entre abrió un ojo para ver lo que hacía, tenía un vaso con alcohol el cual apoyó en una

entre

a absolutame

onto cambió cuando

o preguntándose el

tás despie

erse descubierta y l

me has descubi

y él sonrió aún más divertid

sin quitarle la vista a trav

do que ella había palmeado acostándose boca

o nunca, se ani

ez que jugaba con el cab

¿M

🙫

y comenzó a depositar suaves besos en su cuello ha

hilló ent

o antes de volverse im

ué p

d cuando llegué? Parecías tan

sultado que frunciera el ceño. Era evidente que no quería habl

-contestó haciéndo

ablaba sobre que tú estabas teniendo dos caras conmigo, dijo que cuando no estabas junto a mi tú eras una mala persona

pero estaban oscuros y su mandíbula estaba fuertemente apretada, tenía

ces duda

latió acelerado al escu

🙫

hoy te vi tan diferente que temí que

do como tú crees, solo me pr

o ve

, se sintió por fin aliviada entonce

así de nuevo ¿vale? Realmente temblé d

manos antes de asentir y acercar su car

pero no de miedo. Esta vez será por el inm

uearse contra él mientras que se perdía en ard

su ausencia salió casi a hurtadillas de la habitación matrimonial para ir directamente al lugar donde un día atrás su cuñado la había llevado. Trató de recordar el camino hasta que al fin encontró un s

brisa fría azotó ferozmente su cabello castaño y ext

ugar era como una habitació

🙫

madera vieja que parecía que s

ntía y la cabeza en alto, empujó la puerta s

rta trayendo la luz, sus ojos 24 se posaron por el lugar pol

ros extraños y también de di

e se sintió coh

este lugar

le atraía de una manera to

a a tene

io había entrado en este

se enfrentaba a ese tipo de cosas extrañas todo el tiempo pero ella no

que sufrir con la verdad, aunque hubiese

odía calmar, tenía que conocer aquel mister

randes y preciosas la cual representaba la cara de una bellísima mujer la cual transmitía una extraña paz. Lentamente como hechizada cami

, los ojos de ella eran de un extraño color azul, poseía una perfecta n

jó en una llamativa pulsera que adornaba la piel pálida de la muñeca de aquella mujer entonces al

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