La esclava del jefe de la mafia
on
tengo 30 años y soy
a con mi casa central en
gocio es el
lquier cosa, la mía
ende, la más
ntes frecuente y al
ros, uno de ellos se lla
e su sueldo le alcanzará p
bres a cobrar su deuda per
omar el toro por las asta
a de una patada
ra podido pagar algo mucho
se no era mi problema,
lo encontré sentad
l sillón como si hubiera
plata? – le di
ro pronto la tendré
e pacienc
nido mucha pacienc
lata y la q
o me pagan, deme
tar
as- dije mientras
tal
muy joven entró corr
e
perdone a mi pad
sa de la ca
cual me hizo
eresan tus
nto Roberto- lléves
por favor, mírela, es mu
r muy
ue oía, pero consid
bien, era realmente hermos
ñ
sto está saldada
fere
e estar bromeando- D
cariño"- dije- Y e
ndalo a menos que quierasa tu
lencio y dejó
je y tomando su man
puse unas esposas que ll
entes nada estúp
sonreí al ver que
bí a mi auto junto a
a su casa y lue
esionada con mi casa,
ahí en el re
su nombre era Elisa
tenía intención de viola
yor de
rgen, supongo que
ella, pero eso solo incr
y la hice mía de
o todas lo hacían, no era
era que ella era mía, r
tid
la cama, no quería q
fastidio. Una vez que mi nu
ación y fui a la
la noche, su rostro
sición y lo mejor de todo
e podía hac
le pedí a una de
ndeja para llevárselo, cuan
uyo a ella, este tenia una
bandeja en una mesa de arr
ta que estaba con llave,
abanas de un forma que me
laba que era
estarme en saludarl
e la
- Dijo tímidamente
erarla en una but
a furtivas miradas mientra
ndo lo q
?- Dije al ver
stó ella encogié
omé la bandeja y l
n la cual cubría la mitad
dije con tono seductor, ella
lo ruego, no lo hag
apreté so
quedado claro aye
ar todo lo que quieras per
aces perder
señor- Dijo
y la empecé a besa
lo se quedó ahí como petr
iernas y la penetré, se
laba aún más, cuando ya tu
vuelta y la penetré por e
ar qué. Al acabar llené d
una ducha en su
. ¿permitiría que m
de
miré mi reloj, aún
ue sea rápido- Res
olsillo y abrí los grill
or- Dijo y c
is
é temprano, las ca
creer lo que estaba pasa
mafioso para q
tiempo pasó hasta que
on la sábana pues estaba
comida, un desayuno bast
comer yo le agradecí, la v
lvió a ser el mismo de la
me escucho y me recordó qu
a como si fuera una muñe
taba petrificada por el
mas posibles entró al bañ
la habitación tenía baño
lo que, para mi sorpresa,
a esclava sucia pasa
relajarme, sentía
ede disfrutar por mucho
o tengo todo el d
gua, tomé una toalla que
a- Ordenó enseguida, yo ob
una de mis manos y me pus
alegar a pedir que no me
que desistí de la ide
ien encadenada se fu
l era el tipo de hombre q
sí mismo y si, por esas
que tenía un beneficio
uviera fuerzas para hacer
o la ducha, no era agrad
por eso tuvo esos gestos
niencia.
ama y las lágrimas
ría seguir llorando, no qu
cama llorando desconsola
hí, la noche anterior l
illetes o soltar las cade
ban sujetas al respaldo
no había forma de
e podía hacer era
no creo en