Enemigos del Amor

agitando los brazos con

después, caemos en los b

está, Bea? -pregunta

alidad cuando cayó daba miedo. -l

-Mi padre nos muestra su muslo lesionado. Decidida, Ti

la bici todavía en una sola pie

ensión. Ha aprendido a controlarse bien

do? -me pregunta

digo haciendo el gesto propio de

rado! -Entonces, los labios de Tina se abren

persona. Me siento observada y me detengo en seco. Me golpea su ojeada de escaneado eléctrico. Al darme cuenta de que me mira directamente a los ojos, mi estómago se tensa un poco. El

daré. -dice con voz tranquili

de mi padre. Lo levantan suavemente, apoyándolo, y yo

uerta de corredera o también quieren que lo

oy unos pasos hacia ella mientras

o totalmente indefensa. Pero sólo me mira sin decirme nada. «¡Mmm! No creo que eso sea tan especial. Si quisiera hablar además de mirar, estaría encantada.» Pienso para mis a

lo encuentro muy atractivo, aunque parezca un poco rudo. Menos mal que mis gafas de sol aún me cubren los ojos. Todavía soporto su imperiosa mirad

ente de aire de un movimiento. Se pavonea a mi alrededor y contengo la respiración con tensión. Espero a ver qu

a parpadear nerviosamente un par de veces. -Por cierto, mi nombre es Kevin,

ado y sus maravillosos ojos color miel. Tienen un color muy especial, con un toque de verde olivo, me he dado cuenta ahora. Del tipo que rara vez se ve. Me pregunto en qué estará pensando ahora mismo. Me tiende su

o te provoque. -me acon

Kevin levantando una ceja y

ea. -Me vuelvo hacia Tina y miro el nuevo teléfo

nte su pantalla. Luego entro a

mano. -Es algo en lo que he estad

lta calidad. -¿Qué? ¿Estás tejien

lgo así. No soy una profesional del tejido, pero cada uno

zonga Kevin

va a ser? -le pregunto sin le

gular. ¿Quiere

anzo. Me meto en el coche y tiro mi mochi

acaste la idea de que un ratón puede beber alcohol? Hablaremos

idad. Ella asiente. Chasquea los dedos

ándo nos vamos? -se

hacen todo el trabajo a la mitad. Hay que amarrarlas bien o sino el coc

correas de amarre del portabicicletas. Eso es algo muy práctico. Puedes poner o quitar las bicicletas a tu gusto, sin necesidad de complicarte demasiado

ente tanto que me arda el trasero?» Con una cara de gran insatisfacción, con las comisuras de los

rpo sobre el asiento del conductor. La breve elevación de mis

o bien? -Me mira directa

Levanto la cabeza. Puedo ver su rostro torturado fren

escapar un suspiro. Se aprieta contra el res

cho. Por no hablar del cuello. Siento qu

es una

¡

frustración. Su pelo ondulado de color marrón oscuro se desvía ahora en todas las direcciones y con las manos trata de domarlo. M