Las notas secretas
ítu
ía que estaba preparada. Había estudiado todo lo que pudo, pero siempre quedaba esa sensación de incertidumbre, esa vocecita en su cabeza que la hacía cuestionar si había hecho lo
mas? -preguntó Alexa mientras ajustaba su mochila, mi
ocupes, todo lo que estudié está en mi c
Había estudiado bien la materia, y su amor por la lectura hacía que las respuestas le fluyeran con naturalidad. Cada palabra en el examen par
aunque no tenía dudas de que también lo haría bien. Entregó su examen y
untó Jade mientras camin
mochila al hombro. -Aunque no sé si la
igo. Pero ya lo hemos he
en de esa asignatura era el que más les preocupaba, y Jade sabía que tendría
bro de matemáticas y señalando una de las páginas. -Pe
lá logres explicármelo, porque yo ya me sien
l y comenzó a desglosar los pasos con paciencia. Sin embargo, Alexa parecía distraída. Jade notó que la mirada de su amiga se deslizaba hacia dos chicos que acababan de entrar al salón. Ambos eran atractivos
o firme pero sin perder la p
-Lo siento, estoy un poco... distraí
s un poco más, te ayudo. Si no, le puedes pedir ayuda a uno de esos
r a los chicos. -¿Estás loca, Jade? ¿Qué te pasa? -re
o cambiaría nunca, y esa era una de las cosas que más la divertía de ella. Pero ta
-dijo Jade, volviendo a tomar su lápiz con
más claridad. A veces se sorprendía de lo paciente que podía ser cuando realmente se lo proponía, so
iente se cargó de nervios, pero Jade, aún con los ojos fijos en el ejercicio de matemáticas, trató de mantener la c
su examen mientras sentía una ligera oleada
icos que seguían en el salón. Ambas salieron del aula, respirando
de Jade podía encontrar algo de paz. A su lado, Alexa siempre destacaba, con su altura y su fig
podrían estudiar un poco más cómodas. Jade, sin embargo, tenía otro objetivo en mente: un libro que necesitaba para un e
ionar. Fue en el último intento cuando perdió el equilibrio y, con un resbalón, terminó cayendo sobre alguien. La sensación
üenza. -Lo... Lo siento, no sabía que estabas detrás -murmuró, de
el chico que la había ayudado se reía un poco-. De hec
sa del chico. Era uno de esos momentos incómodos que parecían suced