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Pequeña Pervertida

Capítulo 6 no quiero ducharme solo

Palabras:2007    |    Actualizado en: Hoy, a las 20:58

la habían besado, era curioso, al parecer esa chica era virgen de pies a ca

ella gira el rostro hacia un lado, Anton

e toque -le dice

a toma por el mentón obligándola a mirarlo-. Tú no me das ningún tipo de orde

parecía estar jugando con sus palabras

lo que suelen hacer ustedes con las mujeres, co

s debido a la altane

labios, baja la mirada a los mismos mostrando deseo, luego vuelve a verla a los

la cercanía de ese sujeto, su respiración llenaba sus propios pulmones

omantizando aqu

licadas curvas, seguido de eso se queda en la parte baja de su cintura y rápidamente c

ue pudiera evitarlo, luego siente como los labios de él golpean los suyo

bien qué diablos está pasándole, ¿Por qué reaccionaba de esa manera

el de esa chica, pero cuando continua el camino por sus costados deja de besarla y

e y baja con rapidez m

uz y seguido de eso

él consigue levantar su blusa hasta

que él estaba viendo en realidad. Lo que sus ojos miraban eran todas esas marcas en el cuer

so? ¿Qué signif

mirando. Le avergonzaba que estuvieran viendo su cuerpo y más en el estado en e

hablar, así que se baja de la cama

enta de que estaba sola en el cuarto y siente alivio de saberlo. Suelta el

o iba a poder escapar por allí. Luego camina hacia otra puerta dando con e

sas mar

manera. Niega y sale del baño para volver a

.

ego enciende un cigarro para darle una gran calada, libera

¿Qué diablo

ada a Bianca, ¿él sería el causante de todas esas marcas? Era consciente de que

la forma en la que lo beso era evident

ue Vittorio,

o le parecía desagradable esas marcas ¿Por qué? Era un hombre que le gu

o debido a escuchar un ruido. Se pone en pie rápidamente y desenfun

mente a él y apunta el arma y es cuando observa que era Bianca la que i

a la cara. Ella solo lo miro con mie

pregunta aun apuntand

S

que eres

Qu

la casa de Vittorio por tu

ecues

el arma par

ce c

tiem

con esas heridas, y es que tampoco podía, se

e esto, pero de

ella con su arma en la mano que la obliga a re

tá muy cerca de ella -. No creo que tenga qu

a acostarse con ese hombre. No q

bre? -Antonio se queda callado ante esa pregunta, mira

ca se le escapan

s labios de Bianca mientras que sujeta su arm

te deje ir. Al menos por un largo tiempo -sus

en sus ojos, ¿Qué era lo que iba hacer? ¿Entregarse y hacerlo m

rantiza de que si lo h

e Bianca -masculla casi junto a sus labios -. Pero debes ent

lo que ella abre l

tonio también

s aquí por m

, sus abuelos la necesitaban. Dejarlos solos significaba como dejarlos

como ella empieza a caer, tarde o temprano ib

de aceptar, Anto

, saques de tu cabeza la estúpida idea de escaparte y te metas en la maldita cama. Sí tan solo vuelvo a oír que

a confiar en él. Al principio parecía dócil, pero de la nada

e asusta, luego sale corriendo hacia las

a la puerta de su habitación con fuerza, luego gira el rostro hacia las esca

.

lpe, la joven se sienta en la cama abruptamente para ver a ese suje

ucho mejor que el catre que ella tenía en casa -. Supongo que bien,

la nada mira como e

-su voz de sarcasmo era bastante

ama, pero Antonio la pilla por el rabil

te levantes de la cama -ordena con voz

queda

propuesta estúpida que te he hecho -ella se queda mirándol

de eso el bóxer, pero en ese instante

quedas allí e

lo h

e enfundaba tanto miedo. Ella traga saliva a

es que le estaba costando muchísimo sostenerle la mir

una ducha

lla inocencia que acelera

mientras que ella observa con los ojos bien abiertos. Luego

mientras que camina hacia el baño. Su corazón no dejaba de latir, iba a toda prisa

ente que él empieza a levantar su camisa

N

demás tienes las mismas prendas desde que lleg

sola -musita co

lta que esta mañana he amanecido

dera de ella que la hace tensarse. Vuelve la vi

limpiarte c

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