La llave del cambio
, "La Hermandad del Albor y el Ocaso", custodios de conocimientos perdidos, lo llenaba de una mezcla de miedo y fascinación. No había buscado convertirse en el centr
ugirió que se detuvieran en su tiend
uí por ahora -dijo Jorge-. Si ese hombre te esta
ayecto, mirando por el retrovisor con frecuencia para asegurarse de que n
pero necesito una copia del mapa. Si algo sale mal, quiero te
de pensar en los detalles de la conversación con Valenzuela. ¿Qué tan profundo se extendían los secretos de la Herm
pares del medallón. Si alguien más viene detrás de esto, te protegerá te
ón, guardándolos en los bolsil
o que es hora de investigar más. Si este mapa lleva a algún lu
lo que pude ver, hay un par de marcas en el mapa que parecen coincidir con lugares en las afueras de la ciudad
-
y los árboles altos proyectaban sombras largas que se movían como figuras fantasmales bajo la luz de la luna. El monasterio se erguía al final del camin
con una linterna-, deberíamos buscar en la parte trasera del edificio
en el lugar correcto? -preguntó Ma
e algo que ver con la Hermandad, podría haber símbolos o inscripciones que reconozc
sterio, encontraron una puerta de madera desgastada, semioculta por la maleza. La puerta estaba cerrada con un candado viejo, pero Mario
, y el candado se abrió con un suave "clic". El sonido les hizo contener la respirac
orge, abriendo la
s envolvió. Jorge encendió la linter