Mi Destino es Amarte
letales. A pesar de su fascinación, una sombra de lástima se cernía en su interior. Los tres habían sido niños inocentes, sin familia, sin un hogar. Al llega
Para él, eran sus hijos; los alimentó, les enseñó a defenderse, a ser fuer
alían miles de dólares. Ya no eran humanos, sino criaturas
ado en esas cápsulas durante un año. Recordaba cómo sus cuerpos se retorcían de dolor, cómo sus músculos se tensaban y sus respiraciones se volvían pesadas. Ese dolor no desaparecía de su mente y lo peor
ntimidante y amenazador, lo miró impasible. Vestido elegantemente, parecía un hombre de negocios, pero tras esa fachada se ocultaba un ser sin escrúpulos, lleno de
alada a su cigarrillo con tranquilidad. El Doctor Louis, nervioso e intra
stán l
s tres? -inquirió su jefe, aú
rmó cuando, al inyectarle la sustancia que los convertiría en monstruos, el niño no mostró dolor; solo
ó a su jefe y, colocándose a su
uerza vital es muy poderosa y tien
lto y musculoso, no tenía tanta masa muscular c
que al Dr. Louis le pareció horrenda. Trabaj
ecleó los dígitos que abrirían las cápsulas. El agua comenzó a descender y a burbujear. Carter esta
os, se miraban unos a otros, respirando pesadamente. Connor frunció el ceño al m
po y salieron de las cápsulas por orden de Carter, actuando de ma
os ayudantes del Dr. Louis entraron con b
io trasero, seguidos por hombres armados. Rodeados por una verja eléctrica de seguridad
s-. Veamos qué pueden hacer. Y