Seducción

arduamente por cinco años y no voy a permitir que un recién llegado que no sabe absolutamente nada arruine todo m

grosera, prepotente, orgullosa y testaruda es capaz de hacerm

e una tierna caricia en la mejilla, el golpe

recordé cuando su boca se apoderó de la mía de una manera que me arrebató hasta el aliento. Me costó mucho b

demonios hago pensando en

ima vez? -se burló, acercándose tanto

y la satisfacción de pisotear el m

eso no ha cambiado ni en lo más mínimo. Es como si estuviéramos en la universidad y los años no hu

on en el lugar donde se encuentran, ¿no? Se supone que serán los dirigentes de esta compañía y no un par de niños de preescolar buscando llamar la atención de la profesora. E

útil -le di una última mirada llena de advertencia antes de irme e

í, él debió quedarse donde estaba, muy lejos de mi vida y mi paz mental. No en

*

emos en la ag

dientes -informó Nahia, revisando su agenda-. Lo único a lo qu

o varios documentos bajo mi brazo-. Me llevaré los contratos para darles una ojeada una última

revisión por us

o y mi abrigo mientras ella asentía con u

buena

borró en cuanto abrí la puerta de mi oficina y

Cooper. ¿Se te olvid

o y si se trata de él, sencillamente la furia aparece como por arte de magia

as cuenta, estoy saliendo, por lo que agradecería q

la misma gros

daderamente me comporte

ue el legado que nos dejaron nuestros padres no se venga al suelo, así que trata de mermar tus locas hormonas llenas de odio y hagámonos la vida más amena. Solíamos ser mejores amigos, ¿recuerdas? Ese cariño y aprecio sé que todavía existe, quizás muy en el fondo de tu oscuro corazón,

xtura de tus labios. Me han dado todo tipo de besos, unos mejores que otros, pero es que el tuyo no se puede categ

ción en mi piel y su nariz casi rozaba la mía. Aunque quisiera apartarlo y darle justo en los huevos, lo cierto

esos colores tan bonitos que tiene. No quería que mi cuerpo reaccionara, per

plicar. Odio sentirme indecisa y confundida, pero más me odio

uieres que te bese para s

dije

va e inconscientemente contuve hasta la respiración-. Aunque digas que no, mueres porque te bese una vez

se apartó de golpe, dejándome con la resp

risita quisquillosa-. Ya lo hice y no m

transformó en furia. Es un desgraciado burlón y yo de tonta acabo de caer en su trampa, pero si l