La exesposa del CEO
ict
: momentos crueles y breves destellos de gloria q
lleno de promesas. Pero, lentamente, nos convertimos en extraños atrapados
n: mi carrera. Quería ascender, alcanzar metas, dejar mi huella en el mundo corporativo.
equeñas, insignificantes, pero rápidamente se transformaron en batallas de voluntades. Cada discusión era un tira y afloja, cada silencio se sentía como una t
ue tendríamos que mudarnos a otra ciudad. Estaba emocionada. Era el tipo de oportunidad que había estado esperando toda mi vida. Pero Ethan no lo vio d
-me dijo, su voz goteaba desdén-. ¿Acaso n
siado común. No sabía cómo habíamos llegado a ese punto, pero lo cierto era que nuestra incompatibilidad había quedado en evidencia demasi
rie de fotografías de Ethan entrando a un hotel con otra mujer. Mis manos temblaron al sostener las imágenes, cada vistazo era como una puñalada en e
aba esperándome. No podía articular palabra.
tado esperando que yo tomara la iniciativa. Esa falta de lucha, esa indiferencia, fue la confirmación más doloros
miga, lo sucedido. Nos reunimos en una cafetería, y mientras yo jugaba con el a
to -me dijo con una sonris
Ahora soy una mujer libre -d
cadenas que había llevado durante años. Esa marca era una señal
añana nos vamos a otro país, tú y yo, a vivir la vida que n
aba invertir en una pequeña compañía. Mi sueño era verla crecer hasta ser reconocida mundialmente. La idea de se
osas a mi automóvil para que nada se me qued
aban en mi auto. Cada objeto que guardaba era un paso más
elebrar que ya no eres la señ
El fin del matrimonio no me dolía, pero el proceso de reconstruirme me parecía abrumador. No obstante, acced
a, ya que al día siguiente nos
, las inhibiciones desaparecieron, y por primera vez en años, me sentí realmente libre. Libre de las exp
dad como es debido -dijo Alisson, mientras
resistí mucho. Me dejé llevar
raba a nuestro alrededor, y por una noche, todo parecía posible. Bailamos sin parar, ignorando las miradas y los intentos de algunos hombres p
on unos brazos fuertes rodeando mi cintura. Era una sensación cálida, algo que no había sentido en mucho tiempo. Mi m
con un hombre?
e merecía un poco de diversión antes de empezar de nuevo. Pero cuando me giré, mis ojos s
itamos los dos
hacía en la cama con mi exesposo? Mi corazón latía desb
r la calma, aunque mi mirada se dirigió involunt
en mi cama! -respondió Et
para mi horror, reconocí que no estaba en la casa de Al
y los muebles parecían sacados de difer
ombinan -dije, si
del que me había enamorado. Ese hombre que me hacía reír con s
n una sonrisa-. Ahora recuer
o luego recordé la pregun
importante. ¿Por qué e
que no recuerdo cómo suce
rostro. ¿Cómo había pasado esto? ¿Cómo habíamo
. Tú y yo estamos divorciados, ve
o, recostándose en la cama mient
ido la noche anterior. Las marcas rojas en mi piel me recordaban que, a pesar de todo lo que habíamos vivido, aún había una atracción
nada -dije, más para conve
eguían de una manera que hacía difí
ocupado, pero había algo en su mirada que me hac
spués de todo lo que había costado llegar hasta aquí. Esta sería la última vez que nuestros caminos