La mujer que conquistó al CEO
ris
tica que había planeado para nuestro aniv
-murmuré, observando el reloj que
tenía tiempo para llegar temprano a casa. Entendía su situación; ha
en la preparatoria. Mis padres me echaron de casa,
ñera de la escuela, pero cuando mi embarazo s
eron de hacerse cargo de mí y del bebé. Nos casamos, y ahora, después de 10 años, nuestra relación ha tenido altibajos como
arde a casa, siempre está absorto en su teléfono, respondiendo mensajes
elgados. Ahora, con 11 kilos de más y un cabello re
reírme, sus palabras me duelen. Además, mi estatura no ayuda; con apenas metro c
r no seguir pensando en eso ah
a los platos que meticulosamente preparé poco a poco se iba con
unzada de dolor cada vez que lo escuchaba. Volteé para ver l
David. No respondía, así que insistí has
d con un tono de voz algo molesto,
Ya es muy tarde -pre
Vete a dormir, llegaré en unas
r aquí conmigo... -intenté explicar, pero no me dejó ter
a mantener tu apetito? Por Dios, ya madura. Te veo en casa, no m
lamada, no se colgaba a menos que la otra persona lo hiciera. Pero sus palabras me do
ché del otro la
a tu esposa que quieres el div
ama cariño?
erma. Tiene una enfermedad que me obliga a estar a
? Si soy una mujer
deberías ocultar lo nuestro. Yo
ar más, así que d
o, porque la enfermedad de tu mujer se ha vuelto terminal y está cometiendo locuras. Además
to cuando escuché que
zó a sonar, pero d
caído por mis mejillas. Caminé hacia mi habitación, s
s arrojó al suelo con rabia. El duende, fiel a su naturaleza, comenzó a cargar todas las cosao a David, sintiendo una extraña sensación de liberación mientras el f
Tomé una botella de vino y comencé a beber direc
l fuego, avivándolo aún más. Arrojé todo lo que quedaba de Da
-gritó mientras me agarra
n tu mujer y a mí déjame en paz -respondí con firmeza, sintiendo c
? -me preguntó David
cebolla o me golpeo el dedo chiquito del pie, como tú, jajaja. ¿Llorar por
riso
quemé todo, así que no te preocupes por venir a recog
. Si yo no te mantengo, no tienes nada. ¿Cómo vas a alimenta
un infiel que me mantenga. Ve a cui
ntervino una voz fem
r rubia, de curvas prominentes y u
, señorita. ¿Puedo ser madrina?
ación. Me acerqué a ella y acaricié
ideas de nombres -dije con una sonrisa, tratando
amante de mi aún esposo, sin
del divorcio por si se quiere casar con mi marido