El hijo del señor Walker: Embarazada por error
ítu
n santa co
nada. Miré por encima de mi hombro, buscando algún rastro de mi novio, pero, para mi mala suerte, ya se había marchado de aquí. Aceleré mi paso y metí la mano
l teléfono? -cuestionó de
a difícil para mí contactar uno por la zona en donde vivía. Lo mejor por ahora era tomar un taxi y queda
alcanzaría para llegar al edificio donde vivían papá y mamá. Mis tacones se sintieron un poc
nuevo a mi jefe, aun cuando esto
l momento en que procuré pasar la calle para tomar un taxi en la sigui
ba mo
l v
mport
puesto
e casi inviable no tropezar con mis propios pies. Mi cabello se sacud
y mordí mi labio inferior para
ás como una orden que como una petic
mé de nuev
milló como quiso. ¿Ustedes los ricos piensan que los pobres no tenemos dignidad? ¡No sé
le un heredero pronto. -Lo comprendí todo-. ¡Tengo demasiada carga ahora m
beb
es para mantenerlo dentro de
lker. ¿Qué te dará Henry si regreso a la
scuchar lo último, y sonr
ita James -espetó, y lubricó un poco sus labios co
¿Dé que
no encima. Mi respiración se cortó rápidamente al percibir su mano
vehículo-. Lo vi todo. Siendo honesto contigo, m
interesa! -Un calambre perforó mi
iz a mi pecho para luego
con la voz temblorosa-. ¡Voy a
eca para, en un abrir y cerrar
ra quieres tener sexo con...? -Un golpe en seco em su cara obligaron a cada una de sus palabr
ró con la ca
ndo, señor, pero no puede v
ra entiendo por qué mi papá
o cada vez que te crea
ongado se instal
mejilla hinchada-. Nadie se había atrevido a llegar tan
ano en mi americana de repente y
estoy de ánimos para escuchar tus estupideces. Ya estoy asqueada de tu presencia. -Met
pondió, y miró el interior d
rar la puer
vas a entrar a mi casa.
enido? -Dio un par de paso
querría a un tipo ta
o me doli
de p
tu empresa por su culpa! -Empujé su cuerpo a un costado del camino. Mis brazos se cruzaron a la altura de mi pecho y mi v
osamente cerca de mí. Hasta ahora no me había fijado bien en el azul de sus ojos. Su mirada era tan cristalina
nía-. Papá te quiere de vuelta. Si no te llevo, le dejar
caminé hacia la autopista. Tenía un poco de hambre, así que iría a un rest
es, Emilia, pero te aseguro que Anton
con mis propias manos, sino también molerlo a golpes hast
do local de doña Paquita, una anciana de Guadalajara que vino a los Esta
uí? -susurró a u
uí. Y, si no te has dado cuenta, a estos lugares se vi
ué la p
milia, al meno
s tan estúpido y pendejo es que el amoníaco se ha
esita a un costado de una enorme ventana. El siti
consultó la anciana, y me mi
ban el deterioro de su cuerpo. Sin embargo, el bril
birria. ¿Saben que son
te mis palabras me e
er al señor Walker agarrar una silla de una de las mes
lo que me hub
el restaurante no tenía ni siquiera una estrella michelín, pero
acal. -Me vio llevar un pedazo de tortilla de maíz a la boca,
des ir largando de una vez. -Sonreí y bajé la voz en
mé del mismo, chiles, limón, salsa verde y
algo? -inquirí
amo m
né lo
cretino,
era vez que
risa me prov
iene miedo -repliqué, y llevé
abores dentro de mí. Esto era tan parecido a un o
r qué me ten
so y exquisito taquito-. Todas las personas a las cuales puedes m
me tien
olpeó mi cabeza, p
re mí -dije convencida de mis palabras-. Si me quedo s
io
esto del mundo lo
uando me llevé un par de hilos de cebolla a la boca-. Eres asquerosa. ¡Nad
tonalidad del sonido de la ceboll
con condiciones
a mesa con sus ma
a un costado de mi plato-. Primero, no permitirás q
ien. ¿Q
en
os y mucho menos que me humil
cerraron por
ie
ebollas para que quedara delante de él- c
frutar ta