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En las intermitencias del amor

Capítulo 2 La mejor posesión de un magnate

Palabras:973    |    Actualizado en: 11/08/2024

la impotencia en su pecho la o

. -comenzó a decir- me ha maltratado po

elas de tus maltratos y humillaciones, ¡por tu culpa el colegio se convirtió en un infierno y deseaba morirse! -gritó-. Y, aunque ella te suplicaba que pararas, nunca lo hiciste. Hasta en la un

s con fuerza, hasta que sus

las palabras de su esposa? -preguntó-. ¿O simp

una sonris

al -soltó él con amargura-, mucho menos sentiría arrepe

la que desde niña me ha maltratado?! -preguntó con amargura-. Ojalá nunca se deba arrepentir por todo el daño que usted me ha h

los papeles al

por todo el daño que me ha ocasionado, po

pleados ya se habían marchado, así que la joven caminó con premura por los cubí

sus puertas y ella logró entrar, vio al fondo del corredor al hombre avanzar con de

censor ascendiera, respirando pesadamente, sin

entrada del edificio presintió que algo muy malo iba a suceder. ¿

iciendo al ver que todo estaba tan solitario, co

sible del edificio. Iba a cruzar la carretera para poder acercarse

la sangre. Entre más se acercaba a V

nas si logró ver el auto que se aveci

y cayera bruscamente a varios metros de distancia. El cau

volante, golpeándolo con fuerza en la frente. Dentro del vehículo nada más podía escucharse

e Valentina. Le salía sangre de la cabeza, era tanta que todo su torso comenzaba a

ngre caliente corr

resuró a agacharse, pero al notar que no respiraba, entonces lo entend

s manos y soltó un grito al ver que la s

rastabilló hacia atrás. Obser

la mujer tendida en el sue

nvertido en

da por la mucha luz. Cuando abrió los ojos logró verse en

hí estaba su viejo escritorio blanco de madera; la ventana que daba hacia el parque y hasta lograba escucharse a l

uerte, te hacía recordar mom

tiras blancas. Salió de la habitación y al caminar por el pasillo logró ver su

no hasta su cuello y notó que aún no estaba la cicatriz. A los diecis

s real?

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