Prohibido Para Ambos

ternal al verme. Eva Lewis tiene que ser la mujer más amorosa del mundo. Es una bendición que esta bue

sta ella. Ella aparta los lentes de sus ojos y hace rodar un poco su silla para que yo pueda agacharme y mirar. Veo el vestido que

hacia arriba y lo traspasa en líneas sería perfecto. Su ángulo de colores no favorece al

la soporto. No le cierro las puertas porque de verdad la inversión se ve bastante jugosa, si no la saco a patitas—dice y me sorprende escucharla hablar así. Es una persona muy amable y amorosa. Ella ve mi confusión y sonríe

de nervios. Siempre me pasa cuando la h

ta—la reunión será en la tarde, ¿qué tal si

nte y me hace señas

de Diana. Me tenso de inmediato y no hace falt

ared. Al sentirme se gira hacia mi dándome una sonrisa que no me gusta para nada. Diana me observa, pero mis ojos están clavados

ada, pero al ver mi insistencia me mira una última vez y sale de la oficina cerrando la puerta detrás de ella. Me siento más nerviosa ahora. Esta

lidad—¿qué haces aquí? —pregunto con

inero—suelt

os en su barbilla y la acaricia

unos de mis cheques. Abro los ojos. Es una

ese dinero pensaba envia

dad es muy fuerte—murmuro mi

do adolorido se escapa de mis labios mientras una lágrima baja por mi mejilla y lo siento sonreí

e funcionar correctamente—ahora firmaras el cheque y no harás preguntas estúpidas ni pondrás pe

duela como el demonio—lo haré, suéltame por favor—él sonríe y me

Maldito abusivo. Lo maldigo tanto como puedo en mi mente. En

susurra y me besa. Trato de responder,

uerza impidiendo que tenga la mínima oportunidad de escapar. Le beso

y solo tengo ganas de que se marche. Él me sonríe y besa su dedo índice y el d

eo el enojo latente en su mirada. También veo la angustia y tormento al no poder hacer nada. Mis labios tiembl

ño del que me ha causado, pero me paralizo cuando se acerca. Es como

la ira que quiere desatar. Solo no se lanzó a él por mí, sabe que yo pago todos los pla

nto Diana—susurro ab

me con su sufrimiento. Nunca he odiado tanto, nunca sentí odio hacia alguien hasta que él apareció en

sp

eño fruncido y conozco la expresión muy bien. Mamá está incómoda con algo y e

e la odie, sé que es malo, pero esa mujer me hizo mucho daño. Siempre son las mujeres q

iz. A pesar de los años tocando la puerta sobre ellos, su amor parece tan infinito y sin límites que me

apá es un hombre que aun cuando los años tocan su puerta se mantiene

dido—murmuro pasán

on la cabeza—tenía ganas de conocerla ya que estaba un poco histérica sobre esa chica. Tu madre admira su trabajo, pasó horas hablándome de lo genial que es y de las nuevas idea

ndiosa como para que mamá se tome horas habl

—responde abrie

y donde la chica—él me obser

cer a la chica—me señala la silla—toda tuya,

presión últimamente. Paro un rato cuando tengo más de mitad completado y relajo mi cuerpo para pensar en la chica que trató de matarse. De co

tiro un poco, algunos de mis huesos se escuchan estallar en el proceso. Camino fuera buscando el cabello inconfu

a co

a sa

sigue

rostro, unos labios que sin duda alguna a cualquier persona le gustaría besar. Así que la chica que salvé es la estrella de mi madre, el mundo puede ver verdaderamente pequeño a veces. Suspiro

mundo para posar mis ojos en la chica que ahora se ve realmente incomoda, no

verdes se habían vistos tan hermosos, tan opacos, creo que si brillaran fuera la cosa más grandiosa que pudiera habitar e

n placer—balbuc

e para mí encuentro extraña. Tomo asiento al lado de ella—¿así que er

nunca miran los míos directamente en el rato que mi

poniéndose de pie—ha sido un placer señorita Davis, espero que p

una llamada que hacer—come

Ahora sí, vengo por respuestas y ella lo percibe por